David Sánchez se va con la música a otra parte
No sorprende en absoluto que David Sánchez, el hermano músico del presidente, haya renunciado a su puesto de trabajo en la Diputación de Badajoz. Habrá echado cuentas y valorado el riesgo de permanecer en un cargo que ya no le es en absoluto rentable. El delito de tráfico de influencias por el que está imputado es serio: el particular que influyere en funcionario público o autoridad prevaliéndose de cualquier situación derivada de su relación personal con éstos para conseguir una resolución que le pueda generar directa o indirectamente un beneficio económico, será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años. Y, además, una multa del tanto al duplo del beneficio obtenido.
Cada día de más en la Diputación de Badajoz podía salirle muy caro y David Sánchez se va con la música a otra parte ante el riesgo evidente de que pueda ser condenado. De modo que ha presentado su «renuncia de forma unilateral» a su puesto de trabajo en la Diputación de Badajoz, donde desempeñaba el cargo de jefe de la Oficina de Artes Escénicas.
Por supuesto, su renuncia no borra su tetraimputación, pero sí puede aliviar en parte los costes que le supondría tener que afrontar una altísima multa derivada del evidente beneficio logrado a lo largo de estos últimos años al haber obtenido de manera fraudulenta su puesto de trabajo. En su declaración ante la juez dijo que «me enteré de las bases del puesto de trabajo a través de un buscador de Internet, a través de Google», cuando en relación superó un proceso de selección que, según todos los indicios, estuvo amañado desde el principio hasta el fin.
David Sánchez fue contratado por la Diputación de Badajoz por ser el hermano de Pedro Sánchez. Y no hay que darle muchas más vueltas. No se va porque esté harto, sino porque es consciente de que su horizonte penal es cada vez más complicado.