Conmemorar los atentados de Hamás contra Israel es apología del terrorismo
Hay que ser, además de muy sectarios, muy inhumanos para conmemorar los salvajes atentados de la organización terrorista Hamás perpetrados el 7 de octubre de 2023, los que marcaron el principio de la respuesta de Israel contra Gaza. Es la expresión más palmaria de la maldad y de la infamia. Conmemorar las decenas de asesinatos y rendir homenaje a los asesinos demuestra de qué pasta moral está hecha esta gente del entorno de Sumar.
Están enfermos de odio y no lo disimulan, pero una cosa es que esta gentuza haya convocado concentraciones de apoyo a los terroristas palestinos y otra bien distinta, que la Delegación del Gobierno en Madrid permita unas manifestaciones que, aunque se revistan de apoyo al pueblo palestino, se celebrarán en una fecha que no es indiferente. Porque el 7 de octubre de hace un año no fue un día cualquiera, sino una fecha marcada en el calendario de la historia como un día de la infamia y del espanto: más de 1.000 personas -familias enteras- fueron vilmente asesinadas. Cabe esperar que la Delegación del Gobierno prohíba esas concentraciones, porque los convocantes están incitando al odio. Estamos ante un delito de enaltecimiento de terrorismo y no hay motivo alguno para permitir que la izquierda radical consume lo que representa una gigantesca infamia, un bastardo apoyo a Hamás.
Es cierto que su propósito ya es de por sí revelador del grado de indignidad que encarna esta gente, pero por mucho que se retraten como unos auténticos desalmados sin escrúpulos permitirles su propósito de celebrar más de 1.000 asesinatos sería sencillamente indecente. De modo que ante la previsión de que en los próximos días se vayan organizando para llevar a cabo su abyecto objetivo es indispensable que la Delegación del Gobierno de Madrid deje claro que toda concentración, manifestación o reunión en apoyo del terrorismo no es que sea repugnante, sino que es delito.