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Polillas: ¿Por qué les gusta tanto comerse tu ropa?

Principalmente son dos especies de polillas las que suelen comerse nuestra ropa

Se recomienda apostar por remedios naturales no tóxicos contra las polillas

Agujero en un jersey provocado por la acción de polillas.
Agujero en un jersey provocado por la acción de polillas.

Pocas cosas dan más rabia que encontrarte, de buenas a primeras, con un enorme agujero en tu camiseta favorita. Las polillas, esos pequeños insectos nocturnos parientes de las mariposas, pero mucho menos agradables a la vista que estas últimas, suelen ser las culpables de este tipo de fechorías.

Se calcula que existen más de 160.000 especies de polillas en todo el mundo, pero sólo unas pocas especies se alimentan de prendas de vestir, encabezadas por la Tineola bisselliella y Tinea pellionella, que son las dos variedades más habituales y, probablemente, las responsables de que alguna de tus prendas más queridas se haya echado a perder.

Lo primero que hay que aclarar es que únicamente las larvas comen ropa, no así las polillas adultas, lo cual no las exonera de culpa. Al contrario, el problema comienza porque a las adultas les encanta dejar sus huevos sobre los tejidos textiles. Cada hembra desova entre 50 y más de 100 huevos por puesta, huevos que además pueden eclosionar en menos de una semana.

Queratina

La causa de esta entusiasta afición por nuestras prendas se encuentra en la queratina, una proteína de la que se alimentan las larvas y que podemos encontrar, precisamente, en fibras textiles de origen animal, como lana, seda, pieles o plumas.

Para las larvas resulta especialmente apetitosa la ropa usada y sin lavar que contenga restos de sudor, grasa corporal, cabellos o manchas de comida, que les aportan otros nutrientes esenciales para su desarrollo, como el agua y la vitamina B. También les gusta comer cojines antiguos, tapizados, peluches y ropa de cama.

Las polillas suelen preferir las zonas oscuras, cálidas y poco transitadas para vivir y reproducirse, por lo que debemos prestar atención no sólo a los armarios de ropa, también a cajones, sótanos, áticos y otros lugares en los que se guardan textiles. Igualmente, hay que vigilar alfombras, cortinas y muebles.

larvas de polillas

Naftalina

Hasta tiempos muy recientes, se solía recurrir al uso de bolas de naftalina para evitar la presencia de polillas. Hoy dicho remedio está cayendo en desuso, debido a que este compuesto químico se ha comprobado altamente tóxico y capaz de causar mareos, náuseas, dolores de cabeza y anemia hemolítica.

En caso de ingesta accidental de este hidrocarburo aromático, debe buscarse atención médica de inmediato, especialmente si los afectados son niños y mascotas, donde hay riesgos de sufrir daños graves e, incluso, mortales. 

Tampoco están exentos de riesgo otros antipolillas industriales basados en sustancias tóxicas como paradiclorobenceno, piretrinas y piretroides, vinculadas a diversos problemas, como irritación de las vías respiratorias, tos, estornudos, náuseas, vómitos, dolor intestinal y diarrea, entre otros.

Prevención

Actuar de manera preventiva es la estrategia más eficaz frente a las polillas. Se trata de impedir que estos insectos lleguen cualquier día a nuestro armario porque, una vez dentro de él, será inevitable que causen algún destrozo a nuestras prendas preferidas, por mucho que consigamos eliminarlos a posteriori.

Para ello, sólo hay que seguir una serie de pasos tan sencillos como los que te mostramos a continuación:

  • Lava siempre la ropa antes de guardarla: recordamos que el sudor, los aceites corporales y los restos de comida atraen a las larvas.
  • Aspira y limpia armarios, alfombras, rodapiés, estantes y tapicerías regularmente, especialmente en rincones y bajo los muebles.
  • Evita la acumulación de polvo y fibras.
  • Guarda la ropa de temporada en bolsas herméticas o cajas selladas al vacío.
  • Usa bolsas o fundas de tela gruesa o plástico sin agujeros.
  • Ventila los armarios con frecuencia: la humedad y el encierro favorecen las infestaciones.

Remedios caseros

Si, a pesar de tomar todas estas precauciones, un día nos topamos con la triste realidad de que nuestra ropa se ha convertido en comida para polillas, lo mejor es apostar por remedios caseros como los recomendamos por la OCU. Hay que tener en cuenta que muchos son, al mismo tiempo, preventivos y paliativos.

La organización de consumidores pone como ejemplo de solución natural y casera las bolas de cedro o discos con aceite natural. «Aceites esenciales de lavanda, cedro, menta, citronela, eucalipto o vetiver, para colocar en cajones y armarios, les resulta muy molesto. Es importante renovarlos cada 3-4 semanas para mantener su efecto».

Y también puede ser útil el uso de bolsitas con flores secas de lavanda, romero, clavo, tomillo o laurel, así como cáscaras de limón secas. Se trata de trucos que, además de repeler polillas, tienen la ventaja añadida de que perfuman la ropa.

Tineola bisselliella

Calor y frío

Otro consejo que da la OCU es lavar a más de 50 grados todas las prendas que soporten dicha temperatura. En el caso de los tejidos delicados, se puede optar por la limpieza en seco, o bien por meterlos en el congelador durante uno o dos días. «El frío extremo también mata huevos y larvas», destaca la organización de consumidores.

Igualmente, resulta interesante la opción de las trampas de feromonas. «Estas trampas atraen a los machos, interrumpiendo el ciclo de reproducción. Son inofensivas, no tóxicas y permiten monitorizar si la infestación persiste o reaparece», explican desde la OCU.

Por último, no debemos olvidar que el objetivo no es acabar con las polillas, sino evitar que estos insectos arruinen nuestra ropa.  Volvemos a insistir en algo que ya hemos dicho: todas las especies cumplen alguna función necesaria para el equilibrio del ecosistema, también  estos insectos que, entre otras cosas, destacan como polinizadores. 

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