Bruselas le toma la matrícula a Pedro Sánchez
La Ley de Amnistía traspasa fronteras y llega a Bruselas, capital por excelencia de la UE. Era cuestión de tiempo que el clamor nacional contra una norma que tritura la separación de poderes y la igualdad entre españoles llegara a lo más alto del poder comunitario. Y así ha sido: el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, ha pedido información «detallada» al Gobierno español en funciones sobre la Ley de Amnistía que están negociando el PSOE y Junts para posibilitar la investidura de Pedro Sánchez y sobre la que «se expresan serías preocupaciones».
El tono de la misiva enviada a los ministros de Presidencia, Félix Bolaños, y Justicia, Pilar Llop, es impecable en lo formal, pero subyace en la misma de forma clara la creciente preocupación que la ley con la que Sánchez pretende garantizarse el apoyo de los separatistas ha provocado en la UE. Y es que lo que llega a Bruselas es cada vez más inquietante: la Audiencia Nacional imputando a Carles Puigdemont por terrorismo, el CGPJ denunciando la voladura del Estado de derecho, la oposición y distintas asociaciones alertando del peligro de involución democrática. Toda una catarata de reacciones a la que hay que sumar el clima de tensión social que ha generado Pedro Sánchez con sus concesiones al separatismo y las concentraciones y manifestaciones que se suceden por toda España.
Bruselas, por fin, mueve ficha y le toma la matrícula a Pedro Sánchez. Y es que el presidente en funciones no puede vender en la UE esa milonga de que todo lo que está haciendo es por el interés de España y por la convivencia. Allí no cuela. Y es que el respeto al ordenamiento jurídico y la separación de poderes son pilares que en Bruselas resultan intocables. Ha tardado, pero parece que la UE empieza a tomarse en serio y preocuparse por la voladura constitucional con la que Sánchez pretende perpetuarse en el poder.