Batas chinas a precio de oro: alguien se lo está llevando crudo

Batas chinas a precio de oro: alguien se lo está llevando crudo

Por mucho que los mercados se hayan vuelto locos y la especulación aflore, alguna explicación tendrá que dar el Gobierno al hecho probado de que haya comprado a empresas chinas batas protectoras a un precio 66 veces mayor que las adquiridas a compañías españolas.

El Gobierno de Pedro Sánchez está realizando compras de urgencia por el estado de alarma y la COVID-19, con diferencias de escasos días, pero aún así, dando por hecho que la demanda es infinitamente superior a la oferta y eso incrementa los precios, el ejemplo de las batas protectoras demuestra que en medio de la crisis sanitaria han emergido intermediarios que sencillamente están haciendo negocio con el sufrimiento y la necesidad de la gente. Y, casualmente, no pocos de esos intermediarios están resultando ser, como ya ha demostrado OKDIARIO, amiguetes del PSOE.

OKDIARIO muestra hoy los contratos de compra cerrados en los últimos días, en los que se puede ver la enorme diferencia de precio por unidad en los pedidos a compañías españolas y a compañías chinas. Entre el 20 y el 27 de marzo, el Gobierno cerró contratos de compra de batas desechables con Medline International Iberia SL y con Suministros Hospitalarios SA. Ambas empresas españolas. También en esas fechas, el Ejecutivo realizó pedidos a las empresas chinas China National Instruments Import & Export Group Corporation y a Weihai Textile Group Import & Sport Co. Ltd.
Pues bien, con las españolas, los precios por unidad de las batas fueron de 0,3263 euros (con Medline) y de 0,2783 euros con Suministros Hospitalarios. El precio cerrado por unidad en el contrato con los de las sempresas chinas oscila entre los 12,88 y los 18,50 dólares.

Alguien se lo está llevando crudo y todo apunta a que quienes se están forrando son los intermediarios que, al calor de la amistad con el Ejecutivo socialcomunista, están haciendo el agosto. Y como el Ejecutivo utiliza el estado de alarma para no informar -o hacerlo con cuentagotas-sobre los contratos firmados, las dificultades para saber quién está detrás de las adjudicaciones son cada vez mayores. El de las batas es el enésimo caso de descontrol en los contratos. Un descontrol que está disparando el precio de los mismos y, en especial, cuando se trata, además, con empresas que no contratan plantillas españolas ni pagan impuestos en las arcas nacionales.

No hay que se muy sagaz para concluir que aquí hay gato encerrado

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