Azcón tiene que cumplir su palabra

Azcón tiene que cumplir su palabra

No pueden invocarse razones de corte presupuestario cuando una de las señas de identidad en materia fiscal del PP es eliminar- vía bonificaciones- el Impuesto de Sucesiones. Por tanto, la negativa del Gobierno popular de Aragón a seguir el camino emprendido por otras autonomías donde gobierna es, sencillamente, incomprensible. Aragón es la única comunidad autónoma gobernada por el PP que mantiene todavía el Impuesto de Sucesiones al grupo 2, es decir, descendiente de 21 años o más, ascendientes y adoptantes, algo que choca frontalmente con el programa electoral de las pasadas elecciones autonómicas en el que se comprometía a bonificar este impuesto. Sin embargo, todavía no lo ha hecho, pese al anuncio de Jorge Azcón a finales de este año pasado en el Debate de la Región.

El presidente de Aragón está obligado a cumplir su palabra, no sólo porque es un compromiso electoral, sino, sobre todo, porque la bonificación del impuesto se ha convertido en la piedra angular del PP en materia fiscal. Y aducir razones presupuestarias no es de recibo, porque lo que supondría para las arcas autonómicas eliminar el impuesto -poco más de 40 millones de euros- es una excusa que no se tiene en pie si tenemos en cuenta que los Presupuestos de Aragón barajan una cuantía de más de siete mil millones de euros. Pero es que, además, la eliminación de este impuesto responde a un compromiso que tiene que ver con el convencimiento del PP de que es injusto. En efecto. Lo que no puede ser, bajo ningún concepto, es que el Gobierno aragonés admita que es profundamente lesivo y, al tiempo, lo mantenga esgrimiendo razones económicas. Eso es tremendamente contradictorio. Del buen sentido político y de la probada fiabilidad de Jorge Azcón cabe esperar que pase de una vez de las palabras a los hechos. Lo de justificarse con discutibles argumentos contables es -nunca mejor dicho- un cuento más propio de la izquierda.

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