ARCO: el negocio de la ofensa

ARCO: el negocio de la ofensa

Shigalov –personaje de Dostoyevsky en ‘Los Poseídos’– decía que, “partiendo de la libertad ilimitada, se llega fácilmente al despotismo sin límites”, idea válida para hacernos dudar de lo que hoy se define como libertad de expresión, patente de corso que permite denigrar a un personaje digno, sin temor a censura ni sanciones. Elijan entre las  palabras de Shigalov, o el derecho del artista a sentirse libre ante la obra que realiza, por estrambótica que resulte. Que ahí está, en la 38ª ed. de Arco, el “Ninot” de Santiago Sierra, ducho en escándalos y que obtiene el 2º mayor protagonismo de la feria, pues el 1º se lo ha llevado, con todo merecimiento, el rey, cuya imagen ha de soportar ese nauseabundo negocio que dirige Carlos Urroz.

La estatua de 4 metros de Felipe VI es, realmente, buena, propia de un gran monarca y de un creador con gran talento fallero. Tanto que la propuesta del artista de que sea quemada la obra por aquel que la adquiera al módico precio de 200.000 euros, me parece una idiotez añadida, para justificar el precio, también incendiario. El ‘Ninot’, por su perfección, merecería figurar, antes que arder, en el Museo de Cera, si el monarca lo admite. Pero quien, en verdad y hasta morir, debería arder en la pira, es el tal Urroz, patrón de Arco que aprobó el negocio de la ofensa. O su muy zafia madre, si se nos permite echar mano de la libertad de expresión. Que yo estoy con Dostoyesky.

Cuestión de clase, cuestión de estilo. La vida actual genera manadas  de horteras y escasos seres elegantes. Entre éstos últimos, destacan Felipe VI y la reina Letizia. ¡Menudo baño de categoría le dio el rey al cerdo y terrorista Torra, al que fulminó con una mirada de hierro! ¡Menudo baño de elegancia le dio Letizia a esa choni de Begoña Gómez, al aparecer la reina como una emperatriz en tonos malvas, cuando la que pretendía hacerle sombra llegó a palacio vestida como una vulgar criada del Bronx! Cuestión de clase, cuestión de estilo. El ‘Ninot’ que suplanta al Rey, no arderá durante las fallas, aunque ese muñeco de cartón llamado Sánchez, quizá alimente la hoguera.

Pasemos a otras menudencias, pues hablar de mal nacidos, como la criada y su gestor, agota. El resultado de las elecciones que el ebrio horóscopo de Tezanos predice, no debe tenerse en cuenta. Lo más normal, en un país normal, es que nos saquemos de encima a este par de infradotados y viciosos trepas que nos gobiernan. Siempre que la libertad de expresión autorice a expresarse en tales términos.

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