Aizpurua & Otegi, etarras de postín, se ponen estupendos
Hay cosas y cosas. Aunque es difícil sorprenderse a estas alturas del zapaterismo/sanchismo de nada de cuanto ocurre en esa inmensa cloaca de la extrema izquierda nacional junto a las esporas bilduetarras, nada tiene de extraño que la indignación brote por sí misma cuando se oye a aquellos colaboradores de los matones de ETA ponerse estupendos e impartir lecciones sobre derechos humanos, libertades y comportamientos democráticos. ETA fue una banda repleta de sangre y pus.
Una cosa es que la tribuna del Congreso sea utilizada por horteras sin transistor con ganas de hacerse un nombre sobre exabruptos (verbigracia Rufián), y otra bien distinta tener que oír a la tal Mercedes Aizpurua dar lecciones sobre «peligros fascistas». Sólo se lo admito si, en efecto, reconoce que ella lo es en grado sumo, un peligro y una fascista. Una cosa es que cualquier portavoz socialista mienta respecto a la podredumbre de su partido, y otra bien distinta tener que oír que la susodicha bilduetarra hable en sede de la soberanía nacional acerca de que «España se está llenando de radicales y encapuchados…». Pero si todavía siguen con la capucha al hombro…
En esta ocasión, afortunadamente, ante el silencio cómplice y letal del presidente del Gobierno, se levantó la portavoz popular, Esther Muñoz, para poner sordina a tamaño desvarío. La gente de mi generación sólo hemos conocido una banda fascista nazi que provocó, entre otras cosas, 1.000 muertos, 5.000 heridos y 300.000 exiliados. ¡Todavía no han pedido perdón por ello! Que el sufrido pueblo español tenga que escuchar, con sus impuestos, a la señora miserable, condenada por su apoyo logístico e intelectual a los sangrientos etarras, es algo que se soporta con dificultad. Recuerdo a mi primer editor en El Correo, hombre bueno, que fue secuestrado, torturado y muerto por esta banda.
El problema es que en esa parte de España que reivindica la portavoz bilduetarra como si fuera su caserío privativo, todavía siguen apareciendo «encapuchados» que atentan contra la libertad de los que no piensan como ellos y levantan guetos en la sociedad vasca. Sánchez ha comprado sus pocos votos, y, a cambio, les corresponde con un blanqueamiento tan antidemocrático como intolerable.
Hace dos días la pretensión del jefazo de Aizpurua, Otegi, secuestrador convicto, de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anulara su condena por pertenencia a la banda asesina se quebró por completo. La historia lo juzgará, en efecto, como un terrorista, compañero de terroristas asesinos. Punto.