Soy adiestrador y éste es el error más común al educar a tu perro: «No entienden…»

Adoptar un perro implica cuidado, atención y educación, ya que el animal no es simplemente un ser que vive en el hogar; es un miembro de la familia que necesita orientación, paciencia y cariño para ser feliz. Sin embargo, muchas veces los dueños, cometen errores al intentar educar a su perro. El proceso de enseñanza, especialmente en las primeras etapas, es esencial para una convivencia armoniosa y, si se hace de forma incorrecta, puede generar problemas de comportamiento y estrés tanto para el animal como para su dueño.

El experto en adiestramiento canino, Juan Carlos Castilla Elena, fundador de Noblecan, comparte una perspectiva clara sobre los errores más comunes al educar a los perros y la importancia de adoptar métodos efectivos en lugar de seguir prácticas desfasadas. En su entrevista en el programa «Poniendo las Calles», Castilla, quien lleva más de 17 años trabajando con perros, subraya la importancia de utilizar técnicas que respeten la naturaleza del animal, su psicología y su bienestar emocional.

El error que cometes al educar al perro

En su conversación, Castilla señala que muchos dueños todavía recurren a técnicas que implican el castigo físico, las cuales no sólo son ineficaces, sino que pueden tener efectos negativos sobre el bienestar del perro. Los métodos de la «vieja escuela» son considerados por muchos como la solución para corregir comportamientos indeseados, pero el adiestrador señala que estos enfoques generan un gran nivel de estrés en el animal, lo cual interfiere con su capacidad para aprender de manera efectiva.

El adiestramiento canino ha evolucionado considerablemente, enfocándose en la comprensión y el respeto hacia el animal, en lugar de la imposición de castigos. Las técnicas de refuerzo positivo son ahora la base de un entrenamiento exitoso, y según Castilla, son mucho más efectivas a largo plazo. El adiestramiento basado en recompensas y en la conexión emocional crea una relación de confianza entre el dueño y el perro, lo cual resulta en un aprendizaje más eficiente y menos traumático.

Cómo evitar el estrés

Cuando un perro está sometido a un entrenamiento en el que se siente presionado o castigado, el nivel de estrés aumenta de forma considerable, lo que afecta a su capacidad para aprender y, además, puede desencadenar una serie de problemas de comportamiento, como la agresividad, la ansiedad o la apatía.

En este contexto, es importante que el proceso de educación se realice de manera gradual. Al igual que un niño necesita tiempo para aprender conceptos básicos, un perro también necesita un ritmo adecuado para adaptarse a los ejercicios que se le proponen. El adiestrador recalca que el aprendizaje debe ser progresivo, comenzando con tareas simples que el perro pueda realizar con éxito, y aumentando la dificultad de manera paulatina, siempre respetando su capacidad para aprender y disfrutar del proceso.

Los perros son seres muy sensibles a las emociones humanas, y si un dueño está nervioso, frustrado o irritable, es probable que el perro también refleje esos mismos sentimientos. Por ello, la actitud del dueño juega un papel crucial en la educación del animal. Si el tutor mantiene la calma y el control, el perro será más propenso a sentirse relajado y receptivo a las órdenes. Castilla destaca que el tono de voz y el lenguaje corporal son herramientas poderosas en el proceso de adiestramiento. Hablar de manera suave y firme, sin levantar la voz, crea una atmósfera de confianza y seguridad para el perro.

Proceso de educación

En sus primeros meses de vida, los cachorros no tienen la capacidad de entender ciertas normas que los perros adultos ya comprenden. Por ejemplo, enseñar a un cachorro a hacer sus necesidades fuera de casa puede parecer sencillo, pero requiere paciencia y una constante observación de sus hábitos. Los dueños deben estar preparados para salir a pasear con el cachorro a horas específicas del día, premiándolo cuando haga sus necesidades en el lugar correcto.

Castilla señala que uno de los errores más comunes es regañar al cachorro cuando comete un error, lo que genera confusión en el perro. Los cachorros, al igual que los adultos, aprenden mejor a través de la recompensa y la repetición positiva. Por lo tanto, en lugar de castigar, es esencial mostrarles lo que se espera de ellos a través de reforzadores positivos, como premios o caricias. La consistencia es clave en este proceso, ya que los cachorros necesitan entender que el comportamiento correcto siempre será recompensado.

Educar a un perro es un proceso profundo que va más allá de la simple enseñanza de trucos o normas. Implica la creación de un vínculo emocional, el respeto por el ritmo del animal y la implementación de métodos modernos y respetuosos que favorezcan su bienestar. Aunque el proceso de educación puede ser largo y desafiante, los resultados valen la pena. Los perros que son educados con paciencia, amor y técnicas adecuadas desarrollan una relación sólida y saludable con sus dueños.