Problemas respiratorios en gato, ¿cómo tratarlos?
Los problemas respiratorios en gatos deben ser atendidos lo antes posible. Aquí te contamos todo lo que debes saber al respecto.
Los problemas respiratorios son frecuentes en el gato. No hay una única causa que los provoque y los síntomas son diversos. Hay algunas enfermedades respiratorias muy contagiosas y graves, que pueden causar la muerte del animal. Otras tienen pronóstico favorable, y son pasajeras y fáciles de curar. Lo importante es atender al gato cuando presenta síntomas, observarlo y, si la sintomatología persiste, consultar al veterinario.
Síntomas que evidencian problemas respiratorios en el gato
La causa fundamental de los problemas respiratorios en los gatos son los agentes patógenos, microorganismos que infectan al animal. Existen muchos virus y bacterias diferentes que enferman los órganos respiratorios. Los síntomas pueden ser más o menos leves o graves, dependiendo del patógeno involucrado. A veces, el animal comienza con un cuadro respiratorio apenas perceptible, pero en poco tiempo la situación se agrava.
Las manifestaciones más frecuentes de enfermedades respiratorias son parecidas a las de las personas: estornudos, la secreción de los ojos (lagañas, conjuntivitis), lastimaduras en labios, encías, lengua, salivación abundante, desgano, falta de apetito.
La dificultad para inhalar y soltar el aire, los ronquidos y la fiebre anuncian que el problema es serio. Si el animal presenta encías azules, es porque le está faltando oxígeno. En todos los casos, generalmente el minino se siente mal, la enfermedad lo molesta, y su comportamiento cambia. Este es un indicador clave de que el felino está mal.
¿Cuáles son los problemas respiratorios en los gatos?
Las enfermedades pueden afectar a diferentes partes del aparato respiratorio de los gatos. Algunas, dañan las vías altas o tracto superior, nariz, garganta y laringe. Otras, afectan al tracto respiratorio interior, formado por la tráquea y los pulmones.
Veamos algunos de estos problemas respiratorios en el gato.
- Asma: los gatos pueden ser asmáticos. Los bronquios se inflaman y aparece la típica tos convulsiva y crónica. Al igual que ocurre en los humanos, es necesario estar atentos para que no se produzca falta total de aire.
- Rinotraqueitis felina. También conocida como gripe felina, es causada por un virus. Es muy contagiosa. Lo ideal es vacunarlos cuando cachorros.
- Rinitis. La cavidad nasal se infecta y el animal constantemente tiene secreciones nasales.
- Neumonía. Es la infección de los pulmones, que puede ser muy grave. Se trata con antibióticos y expectorantes.
Los resfriados de tu gato pueden no ser solo un resfrío pasajero. Es posible que sean el inicio de un problema mayor. Con un tratamiento en el momento en el que la enfermedad empieza, será más sencillo erradicarla. Pero si ya está avanzada, el gato sufrirá y los riesgos serán mayores. Por tanto, si observas alguno de los síntomas que te hemos descrito, acude al veterinario.
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