Multas de 1.000 euros a los dueños de los perros por esto que todos hacen
El objetivo es evitar un problema de salud pública
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Tener un perro como mascota es una experiencia muy gratificante, pero también conlleva una gran responsabilidad en lo que respecta al cuidado del animal y el respeto por el espacio público durante los paseos. Sin embargo, uno de los problemas recurrentes en las ciudades de todo el mundo es la falta de cumplimiento por parte de muchos dueños en cuanto a la recogida de los excrementos de sus mascotas en la vía pública. La ciudad de Bottrop, en Alemania, ha decidido tomar cartas en el asunto, y multa con hasta 1.000 euros a quienes dejen lo excrementos de sus perros en las aceras o parques.
El ayuntamiento de la ciudad ha implementado una nueva normativa que obliga a los dueños de perros a llevar consigo, al menos, una bolsa vacía para excrementos cada vez que paseen a sus mascotas. Esta medida busca reducir la cantidad de excrementos abandonados en la vía pública y promover una ciudad más limpia y respetuosa para todos. Y es que esta falta de consideración no sólo genera problemas de higiene, sino que también contribuye al deterioro de los espacios públicos.
Multa de 1.000 euros por no recoger los excrementos el perro
Aunque la mayoría de los dueños son responsables y llevan consigo bolsas para recoger los excrementos de sus mascotas, aún existen muchos que, por diversas razones, no siguen la norma. La ciudad de Bottrop, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, ha sido pionera en la implementación de esta medida.
Los dueños de perros, al salir a pasear a sus mascotas, están obligados a llevar consigo al menos una bolsa vacía para recoger los excrementos. Esta norma busca reducir significativamente la cantidad de heces de perros en las calles. Según las autoridades locales, las heces no sólo afectan la estética de la ciudad, sino que también representan un problema de salud pública, ya que pueden ser portadores de parásitos y enfermedades.
A pesar de que el cumplimiento de la normativa aún no se sanciona de manera severa, se han establecido mecanismos de control. La oficina de orden público de Bottrop realiza inspecciones periódicas en las calles para asegurarse de que los propietarios de perros cumplan con la medida. En principio, la sanción es de 55 euros para los dueños que no lleven consigo una bolsa vacía, lo que ya representa una cuantía considerable.
Además, los infractores también pueden enfrentarse a sanciones mayores en determinadas circunstancias, como cuando los excrementos no se recogen de manera recurrente o en parques infantiles. En estos casos, la multa puede ascender hasta los 1.000 euros, lo que supone una sanción significativa y un claro mensaje de que la ciudad está dispuesta a tomar medidas drásticas para asegurar la limpieza y el bienestar público.
La medida ha generado una variedad de reacciones entre los ciudadanos. Por un lado, muchos consideran que es una acción necesaria para mejorar la calidad de vida en la ciudad. La presencia de excrementos en las calles, parques y jardines es un problema recurrente que afecta a todos, ya que deben convivir con las consecuencias de esta falta de responsabilidad. Las quejas sobre los excrementos de perros en los espacios públicos han sido una constante en muchas ciudades europeas, y Bottrop ha decidido ser una de las primeras en implementar medidas para erradicar este problema.
Sin embargo, algunos dueños de perros se han mostrado molestos por la imposición de esta norma, argumentando que es una medida exagerada y que la cuantía de las multas es desproporcionada. Además, algunos ciudadanos se sienten frustrados por lo que consideran una falta de educación y de conciencia en la población, ya que la recogida de excrementos es una responsabilidad básica que, en teoría, todos los dueños de perros deberían asumir sin necesidad de leyes que obliguen a su cumplimiento.
Análisis de ADN
Por otro lado, en varios municipios de España, unos 80 en total, se ha implementado un innovador sistema para identificar y sancionar a los dueños de perros que no recogen los excrementos de sus animales en la vía pública. Este sistema utiliza muestras de ADN de los perros registrados en la base de datos municipal. Si los agentes de la Policía Local encuentran excrementos en la calle, recogen una muestra y la envían a un laboratorio, que se encarga de identificar al propietario.
Ciudades como Málaga, Alcalá de Henares y varios municipios en Cataluña y la Comunidad Valenciana están utilizando este sistema, que comienza con el registro de cada perro mediante una muestra de saliva. Esto crea una base de datos genética que permite identificar infractores por no recoger los excrementos, y también localizar perros robados o abandonados, e incluso determinar el origen de una camada de cachorros.
Las multas por no recoger los excrementos pueden alcanzar los 300 euros. Con este sistema, los ayuntamientos aseguran calles más limpias y una convivencia más armoniosa entre los ciudadanos.