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Aviso urgente de los veterinarios a los dueños de perros porque puede ser mortal: «Terminó sufriendo un infarto»

El perro
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Normalmente, cuando llegamos a casa después de todo el día fuera, lo primero que solemos hacer es recibir a nuestra mascota con entusiasmo. Sin embargo, Víctor Mañero, un adiestrador con más de dos décadas de experiencia, advierte sobre un error que todos cometemos: saludar a los perros con demasiada efusividad, Aunque nos parezca la forma más natural de demostrarles cariño, puede ser perjudicial para su salud, hasta el punto de poner su vida en riesgo.

Uno de los ejemplos más impactantes que recuerda Mañero ocurrió con un bulldog francés. «El perro estaba tan nervioso esperando a su dueña que su ritmo cardíaco llegó a las 180 pulsaciones por minuto. Cuando se saludaron, el perro alcanzó las 220 pulsaciones. La excitación fue tal que el pobre animal sufrió un infarto», comenta el experto. Ahora bien, no se trata de dejar de saludar a tu mascota al momento de llegar a casa, sino de cambiar la forma en que lo haces.

Cómo saludar al perro

El primer paso es mantener la calma al entrar en casa. Al llegar, no te lances a acariciarlo inmediatamente. Dale unos momentos para tranquilizarse. Respira hondo y espera a que tu perro se tranquilo antes de interactuar con él. «No se trata de querer menos a tu mascota, sino de demostrárselo de una forma que no le perjudique», afirma el adiestrador. Otra recomendación es evitar el uso de un tono de voz excesivamente alto o de movimientos bruscos que puedan sobreexcitar al animal.

Un buen adiestramiento es clave para establecer una relación equilibrada conel perro. Jesús Gómez, otro adiestrador canino, señala que «es fundamental que los dueños tengan en cuenta una serie de recomendaciones para que el aprendizaje sea un proceso ameno tanto para las mascotas como para las personas».

Uno de los mayores errores que cometen los dueños es pensar que los perros aprenden todo desde el primer día. Sin embargo, paciencia es esencial. Además, es importante que los no sean inconsistentes en las normas que imponen. Si un día permitimos que el perro salte al sofá y al siguiente lo regañamos por hacerlo, lo estamos confundiendo.

Asimismo, la clave de un buen adiestramiento está en los refuerzos positivos: los premios, las caricias y las palabras amables son mucho más eficaces que los castigos. Al igual que las personas, los perros aprenden mejor en un ambiente donde se les refuerza lo positivo en lugar de lo negativo.

Uno de los puntos clave que destacan los expertos es la importancia de establecer una jerarquía familiar clara. Los perros, como animales sociales, necesitan entender su lugar dentro de la «familia». De lo contrario, pueden desarrollar problemas de comportamiento, como agresividad o ansiedad.

La llegada a casa no es el único momento en que un perro puede sobreexcitarse. Las interacciones con otros perros, el momento de la comida o incluso la hora de paseo también pueden ser problemáticos. En todos estos casos, es fundamental gestionar la situación de manera adecuada para evitar que el animal sufra un estrés innecesario. Si, por ejemplo, se emociona demasiado al ver a otros perros durante los paseos, enséñale a esperar tranquilamente. Puedes utilizar órdenes como «quieto» o «sentado» para que se mantenga relajado antes de continuar con la actividad.

Otra técnica efectiva es la desensibilización. Si tu perro reacciona exageradamente a estímulos específicos, como el sonido de un timbre, puedes trabajar en reducir esa reacción a través de sesiones de entrenamiento progresivas.

Consejos para velar por su bienestar

Al final del día, todos queremos lo mejor para nuestras mascotas. Los perros nos dan todo su cariño sin pedir nada a cambio, por lo que es nuestra responsabilidad devolverles ese amor de la mejor manera posible. Para algunos, saludar al perro con entusiasmo puede ser una forma natural de expresar cariño. Sin embargo, es importante reconocer que, en ocasiones, esa misma efusividad puede ser perjudicial para su salud.

Aunque los perros pueden aprender durante toda su vida, hay etapas más adecuadas que otras. Hasta los cuatro meses, el cachorro explora pero no retiene bien las órdenes. Después de esta edad, y con sus vacunas al día, ya está listo para entrenamientos básicos. A partir de los 10 meses, el perro puede entender instrucciones más complejas. La clave está en la repetición, la paciencia y el refuerzo positivo.

«Es fundamental que los tutores tengan en cuenta una serie de recomendaciones para que el aprendizaje sea un proceso ameno tanto para las mascotas como para las personas», señala Gómez.

En definitiva, como responsables de su bienestar, es crucial aprender a tratarlos con paciencia y respeto, entendiendo que, aunque nos emocionemos al verlos, debemos velar sus necesidades emocionales y físicas. Los perros no gestionan la excitación de la misma manera que nosotros, por lo que un saludo lleno de entusiasmo puede ser perjudicial para su salud, al aumentar sus niveles de estrés.

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