La alimentación del jerbo
Entre la gran variedad de especies de mascotas que podemos tener en casa, se encuentran los jerbos. Pero ¿cómo es la alimentación del jerbo? Toma nota.
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Este pequeño roedor miomorfo es una popular mascota entre aquellos que buscan la compañía de un animal pequeño y amigable. Familiar directo del hámster y también de las ratas comunes, a la alimentación del jerbo se le debe prestar especial atención. Si bien son omnívoros y en teoría comen cualquier cosa, son exigentes con su menú. Además, si las porciones son excesivas desarrollan con facilidad cuadros de sobrepeso.
Los jerbos son originarios de China y Mongolia. De allí el nombre con el que se les identifica formalmente: Gerbil de Mongolia. Muchos especialistas consideran que su denominación como jerbo es errónea. Sin embargo, a pesar que el roedor que lleva este nombre es otro más pequeño y originario de Egipto, y que eventualmente también hace vida doméstica, el Meriones unguiculatus se apropió para sí de esta ‘marca’.
Preferencias en el mundo salvaje
Al ser habitante de regiones secas y áridas, los líquidos los obtiene el jerbo de las hojas y las semillas de las que se alimenta. Elementos que conforman la columna principal de su ‘plan de comidas’. Pequeños insectos también entran en el menú, a la vez que pueden ser carroñeros por oportunidad.
Para protegerse del sol, los jerbos viven en madrigueras profundas que solo abandonan en las noches. Además, estos refugios subterráneos les permiten huir con relativo éxito de los varios depredadores a los que deben hacer frente. Entre los que destacan las cobras.
La alimentación del jerbo como mascota
Como animal de compañía, el jerbo debe tener siempre a su disposición agua fresca. No existe en el mercado fórmulas alimenticias dedicadas. Quienes busquen cierta practicidad pueden valerse de productos para aves como canarios o periquitos.
Las uvas suelen ser de sus alimentos favoritos, lo mismo que pequeños trozos de plátano seco. Vegetales crujientes como brócoli y habas cocidas son otras de sus comidas predilectas. Alfalfa y heno son otras buenas alternativas.
Precauciones
Quienes convivan con estos simpáticos mamíferos tienen que tener en cuenta que, a diferencia del hámster, sus requerimientos de grasa son mucho menores. Por lo que las raciones de alimentos como semillas de girasol deben ser bastante limitadas. Por otra parte, cuando lo ofrecido son frutas frescas, los restos hay que retirarlos de inmediato de su jaula para evitar que se descompongan.
Su régimen de comidas no puede incluir ingredientes como ajo y cebolla. No son capaces de digerir la lactosa, por lo que la leche y sus derivados también quedan fuera. Tampoco pueden procesar los azúcares. Al servirles manzanas o peras, hay que retirar las semillas, ya les resultan sumamente tóxicas.
La alimentación del jerbo no puede incluir comida para conejos. Además de que no satisface sus necesidades nutricionales, algunos de sus componentes son potencialmente irritantes para su sistema digestivo.
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