'Caso Erial'

Las salidas de la cuenta suiza que la juez no quiso investigar prueban que el dinero no era de Zaplana

Fernando Belhot
El abogado uruguayo Fernando Belhot.
Manuel Cerdán

Los movimientos de la cuenta bancaria en Suiza, que la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia y el fiscal Anticorrupción se negaron a investigar, prueban que el dinero no era de Eduardo Zaplana. La mayor parte de los 6,7 millones depositados en el banco Julius Bär fue destinada para saldar operaciones monetarias o asuntos privados del supuesto testaferro del ex presidente de la Comunidad Valenciana, el comisionista uruguayo Fernando Belhot.

OKDIARIO, tras realizar un exhaustivo seguimiento a las salidas del dinero, entre los años 2015 y 2018, de las cuentas de Belhot en la entidad bancaria helvética y en el Banco Sabadell, puede acreditar que la mayoría del dinero fue transferida a sociedades offshores que estaban vinculadas o eran propiedad del bróker uruguayo. Otra parte del dinero fue destinada a adquisiciones particulares del propio Belhot y de sus familiares o a servicios prestados por terceros. Queda acreditado, documentalmente, que Zaplana no se benefició de esas transacciones del fiduciario internacional.

Algunos de los profesionales que participaron en esas operaciones comerciales con el testaferro uruguayo y que figuran como perceptores de las transferencias en los extractos bancarios han asegurado a este periódico que trataron directamente con Belhot y que nunca hablaron ni llegaron a conocer a Zaplana. Además, la naturaleza de la transacción financiera delata que el único beneficiario era el propio intermediario.

La transferencia más inequívoca, que deja en evidencia la actuación del Juzgado de Instrucción 8 de Valencia, es la realizada el 20 de marzo de 2017. La cuenta de la abogada tinerfeña Carmen Sánchez Pacheco, socia del bufete De León & Sánchez Pacheco, recibió 300.000 euros para ejecutar un encargo como apoderada. Se trataba de una más de los cientos de operaciones que había realizado en su largo recorrido profesional: hacer de intermediaria en una transacción económica, en ese caso en representación de un abogado uruguayo llamado Fernando Belhot. La canaria recibió los poderes notariales, cumplió con los requisitos bancarios en materia de control de blanqueo de dinero, declaró la recepción del capital ante las autoridades del Sepblac del Banco de España e incluyó su comisión en su declaración fiscal.

Sánchez Pacheco declaró a OKDIARIO que no conocía a Zaplana y nunca había tenido la oportunidad de hablar con él. Afirmó que el dinero se lo había transferido el propio Belhot desde el extranjero -no recordaba si de Suiza o Uruguay- y que el propio uruguayo le firmó los poderes.

Sin noticias del Juzgado

Lo más llamativo de la versión de la abogada tinerfeña era que jamás recibió comunicación alguna ni del Juzgado ni de la Fiscalía Anticorrupción para explicar lo sucedido: «Desde marzo de 2017, que se hizo la operación, usted ha sido la primera y única persona con la que he hablado de este tema», aseguró.

Sánchez Pacheco insistió en que no podía desvelar el contenido de su trabajo por secreto profesional, pero que en todo momento la transacción siguió su curso legal. Ante la insistencia del periodista manifestó que no se trataba de la compra de ningún terreno ni de cualquier otro bien raíz.

No hacía falta abundar en ese dato porque los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ya lo habían aclarado en un informe que entregaron al Juzgado valenciano el 6 de febrero de 2020. En esa fecha, su titular Isabel Rodríguez recibió de la UCO un organigrama en el que figuraban los receptores del dinero del testaferro uruguayo. En el apartado de la canaria Sánchez Pacheco anotaban: «Cuenta bancaria Caixabank. Compra 50% sociedad Guiraser Service». Pero no realizaron, al menos ante la abogada del despacho De León & Sánchez Pacheco que gestionó la operación del dinero, ningún intento de averiguación.

Guiraser Service es una firma española que figura en el registro mercantil vinculada a un grupo de empresas cuyo presidente es Ramón José Hernández Lorenzo y el accionista mayoritario la sociedad Clínica Los Arcos SL. Su objeto social es el «alquiler de inmuebles por cuenta propia» y la «compraventa de solares, terrenos y toda clase de fincas rústicas y urbanas». Según las investigaciones de OKDIARIO, Guiraser Service no mantiene ninguna relación con Eduardo Zaplana.

El abogado de Zaplana solicitó a la juez el 22 de diciembre de 2020 que revisara los movimientos de las cuentas en Suiza y prestaran declaración como testigos la esposa de Belhot, Gabriela Luisa González Larena Crespi, la galerista Virginia Bauza Vicens y la abogada tinerfeña Carmen Sánchez Pacheco. Pero la magistrada Isabel Rodríguez, días después, rechazó la solicitud con el argumento de que con la entrega por parte del fiduciario Belhot de su saldo -6,7 millones de euros- a la caja judicial daba por resuelta la credibilidad del uruguayo y por válidas sus acusaciones contra el ex ministro del PP. Durante una quincena de veces se negó a facilitar al letrado pruebas cruciales para la defensa.

Pero el caso de la mercantilista Sánchez Pacheco no es el único que emerge entre la cincuentena de transferencias de la cuenta suiza del banco Julius Bär. La mayoría de los movimientos bancarios delata a Belhot como el verdadero propietario del dinero, en unos fondos de los que además se beneficiaba su ex mujer, Gabriela Luisa González Larena.  La esposa del testaferro figura como cotitular de la cuenta 312.2646 del banco Julius Bär, abierta en 2014, de la que salieron varias transferencias de dinero, supuestamente, de Zaplana.

Para los expertos en blanqueo de dinero consultados por OKDIARIO resulta extraño que un testaferro de la talla mundial de Belhot comparta una cuenta con su esposa cuando su objetivo final era el de ocultar y blanquear el dinero de Zaplana.

En la casi totalidad de las transferencias destacan dos elementos comunes: el dinero es utilizado por el testaferro uruguayo para saldar una transacción comercial personal -no para blanquear el supuesto dinero de Zaplana- y ninguna de las personas que figura en la lista de beneficiarios recibió una llamada del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia para verificar si habían percibido el dinero de Belhot o de Zaplana. Tan fácil como lo ha realizado OKDIARIO.

Son los casos de Serveis de Neteja Abrera, Woody Arabian di Gianpaolo Gubbiotti, Philippe Bosi, Tomahawk Aviation GMBH, Chávarri Legal, Virginia Bauzá Vicens y Asesores de Comunicación, entre otros. Todas las transferencias recibidas por ellos se debían a un uso particular del dinero por parte de Belhot o de sus familiares.

El dinero era de Belhot

Los movimientos de las cuentas a los que ha tenido acceso OKDIARIO así lo acreditan. Por ejemplo, en el extracto bancario figuran tres transferencias a la galerista madrileña Virginia Bauzá Vicens: 33.000 euros, el 22 de mayo de 2017, y 22.000 euros en dos envíos los días 6 de septiembre de 2016 y 10 de julio de 2017, cuando Zaplana aún no había sido detenido. Este periódico ha podido averiguar que el ex presidente valenciano nunca se benefició de todos esos ingresos.

Virginia Bauzá es propietaria de la Galería Malvin y una de las gestoras de la Sala Retiro de Menéndez Pelayo, ambas ubicadas en Madrid. La galerista, con una brillante trayectoria profesional, se dedica a las subastas de joyas y otros enseres y a la venta de obras de arte. También es promotora de la Feria de Arte Ziemart, en Pozuelo de Alarcón. Recibió el dinero de Belhot por la compra de piezas de su exposición.

OKDIARIO ha intentado en repetidas ocasiones contactar con Virginia Bauzá, dejando varios mensajes en el contestador del número de teléfono que figura en la web oficial de Malvin, pero la galerista ha preferido no responder.

El 29 de septiembre de 2017 en el extracto bancario figura otra transferencia de 48.616 euros a una cuenta de Francia cuyo titular es Philippe Bosi, una persona allegada a Belhot, que tampoco conocía a Zaplana. El movimiento no guardaba ninguna relación con el ex político del PP ni con un supuesto blanqueo de sus fondos.

Más llamativa es la salida de la cuenta personal del uruguayo de 18.300 euros, el 20 de marzo de 2018, para el pago de un servicio de la sociedad Tomahawk Aviation GMBH. La mercantil alemana dedicada al aeromodelismo y a la venta de productos aeronáuticos, con sede en la ciudad germana de Pfaffenhofen, proporcionó algunos artículos al entorno de Belhot, pero nunca al ex presidente de la Comunidad Valenciana.

Aunque la operación iba de aviones nada tenía que ver con el método helicóptero, que según los investigadores de la causa utilizó Belhot y toda su red para mover el dinero por todo el mundo y por varias cuentas antes de entregárselo en metálico a Zaplana. Pero los movimientos bancarios de Suiza no aparentan estar protegidos por una complicada ingeniería financiera: los pagos son directos de cuenta a cuenta y en la mayor parte de los casos sin necesidad de activar las hélices del helicóptero.

Tal es así que los investigadores, finalmente, acuden a la versión del sistema más rudimentario: la entrega del dinero en efectivo a Zaplana o a su secretaria, pero en el sumario no aparece ninguna prueba o testimonio que lo acredite. Sólo la versión interesada del testaferro uruguayo, que ha ocultado la verdad en media docena de causas abiertas en todo el mundo. Dos de ellas, en Madrid -en la Audiencia Nacional- y en Andorra.

El propio Belhot en su declaración por videoconferencia desde Montevideo ante la titular del Juzgado, Isabel Rodríguez, y el fiscal de Valencia, Pablo Ponce, justificó que algunas de las cuentas estuvieran abiertas a su nombre con un argumento poco convincente: los bancos eran más estrictos con las cuentas protegidas por sociedades, según su versión.

Caballos pura sangre

Pero la inversión que más llama la atención del extracto bancario del testaferro uruguayo es una transferencia de 40.000 euros efectuada, el 10 de abril de 2018, para la compra de un caballo pura sangre de la yeguada italiana Woody Arabian di Gianpaolo Gubbiotti, ubicada cerca de la Toscana italiana. Por la cantidad desembolsada la calidad del alazán se situaría en una escala media. En el mercado internacional una de estas piezas puede costar entre 40.000 y 100.000 euros.

OKDIARIO ha podido saber que la compra fue realizada por el propio Belhot por la afición familiar al mundo de los caballos. En cambio, es nula la afición de Zaplana o de cualquier miembro de su entorno más próximo por la equitación, careciendo de cuadras o pistas de monta durante sus etapas como alcalde de Benidorm, presidente de la Comunidad Valenciana o como ministro del Gobierno de José María Aznar.

Hay otras dos transferencias que delatan la explotación personal de las cuentas por parte de Fernando Belhot, ajenas al interés particular a Zaplana o que necesitaran librecambistas. Se trata de las salidas por un importe de 60.677,54 euros, realizadas por el testaferro a favor de sus abogados del despacho de Chavarri Legal, el 13 de junio y 24 de agosto de 2018. En esas fechas ya comenzaba a valorar una negociación con la Fiscalía, que concluyó en algo inhabitual e irregular en el sistema judicial español: su paso de investigado a testigo protegido, según las fuentes judiciales consultadas por OKDIARIO.

Así mismo, con anterioridad, entre los meses de agosto y diciembre de 2017 el propio Belhot ordenó cinco transferencias desde su cuenta del Banco de Sabadell por importe de 11.500 euros a la sociedad Asesores de Comunicación Pública para lavar su imagen ante los medios periodísticos. El testaferro había sido relacionado con algunos de los afectados por las investigaciones del caso Lezo. En esas fechas, Belhot ya había sido investigado en secreto por el Juzgado de Instrucción 8 de Valencia en el caso Erial. Las primeras referencias al bróker uruguayo y su relación con Disfey aparecen en el atestado de la UCO del 6 de febrero de 2017, como ha podido verificar OKDIARIO en el sumario.

Las salidas de dinero de la cuenta suiza con destino a Chavarri Legal y a Asesores de Comunicación Pública no figuran en el organigrama que elaboró la UCO el 6 de febrero de 2020. Sus redactores supondrían -como también podrían haber sospechado de otras salidas de dinero- que difícilmente esos fondos podían pertenecer a Zaplana porque iba destinado al pago de la defensa de Belhot y del asesoramiento de su imagen pública.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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