CRISIS DIPLOMÁTICA CON MARRUECOS

Podemos en La Rioja se reunió con un representante del Polisario 5 días antes de llegar Ghali a Logroño

La cita se llevó a cabo en el despacho oficial de Raquel Romero, consejera de Igualdad del Gobierno de La Rioja, de la máxima confianza de Pablo Iglesias.

Brahim Ghali
Raquel Romero y Tomás Castillo, de Podemos, junto con Abdalahe Hamad, del Frente Polisario.

La única consejera de Podemos en el Gobierno de La Rioja, Raquel Romero, se reunió con el delegado del Frente Polisario en Logroño, Abdalahe Hamad, tan sólo cinco días antes del ingreso de Brahim Ghali en el Hospital San Pedro. A esta cita hay que sumarle los contactos que Hamad también ha tenido con el entorno de la presidenta socialista Concha Andreu y la cúpula del PSOE. Estas reuniones se han producido justo antes de uno de los mayores conflictos diplomáticos de la democracia entre España y Marruecos.

La cita entre Romero -titular de la cartera de Igualdad, creada ad hoc tras su entrada en el Ejecutivo regional- y Hamad se llevó a cabo el pasado 13 de abril. Es decir, tan sólo cinco días antes de la llegada de Brahim Ghali a Logroño. El encuentro entre ambos se produjo en el despacho oficial de la consejera de Podemos, tal y como se aprecia en la fotografía que hoy publica OKDIARIO e ilustra esta noticia. En ese encuentro también estuvo presente Tomás Castillo, director general de Cooperación y Agenda 2030. Tanto Romero como Castillo son políticos muy próximos a Pablo Iglesias.

En teoría, el motivo de la reunión fue comentar diversos asuntos sobre la situación actual del Sáhara Occidental. Sin embargo, la realidad fue bien distinta, ya que casualmente, la agenda de Hamad se copó de personalidades políticas riojanas siempre con una tendencia ideológica de izquierda (PSOE y Podemos) y nunca de derechas (PP, Vox o Ciudadanos) justo antes de la llegada de Ghali. Un movimiento que se podría traducir como un intento de establecer una buena relación en forma de apoyo institucional.

Al encuentro entre Romero y Hamad hay que sumarle los contactos que también tuvo el delegado del Polisario con el entorno de la presidenta socialista Concha Andreu y prácticamente con toda la cúpula del PSOE de La Rioja. Como ha publicado este periódico, Hamad inició una ronda de contactos el pasado mes de febrero ante la hipotética llegada de Ghali a España. Para ello se citó con los socialistas Jesús María García, presidente del Parlamento de La Rioja; Elisa Garrido, alcaldesa de Calahorra; Laura Rivado, alcaldesa de Haro; Julián Velilla, alcalde de Alfaro; y Javier García, alcalde de Arnedo.

Si bien Ghali llegó a España el pasado 18 de abril enfermo de coronavirus, el líder del Frente Polisario ya estaba enfermo. Tenía un cáncer avanzado que los médicos le detectaron a mediados de 2018 y cuyo cuadro clínico se agravó notablemente a comienzos de 2021. Esta situación fue la que hizo que en febrero de este año, dos meses antes de la llegada de Ghali a España, su delegado Hamad comenzara a hacer uso de sus amistades dentro del PSOE La Rioja, y seguidamente con la consejera de Podemos, para preparar un hipotético asilo en Logroño encubierto en un conveniente ingreso hospitalario.

Una misteriosa reunión

El pasado sábado 22 de mayo, OKDIARIO interceptó una reunión entre la mano derecha de Ghali y el delegado del Frente Polisario en La Rioja, Abdalahe Hamad, afincado en España desde hace varios años. Un señor mayor de aspecto amable, sin pelo en la cabeza y con una larga y característica barba blanca. Ese mismo día, ambos mantuvieron una reunión a las 10:40 horas de la mañana en un conocido hotel ubicado en la Gran Vía del centro de la ciudad de Logroño. Concretamente, en una estancia discreta próxima al vestíbulo.

La mano derecha de Brahim Ghali saliendo de la reunión que tuvo con Abdalahe Hamad, delegado del Polisario en La Rioja.
La mano derecha de Brahim Ghali saliendo de la reunión que tuvo con Abdalahe Hamad, delegado del Polisario en La Rioja.

El encuentro tuvo lugar en una zona recogida dotada de un elegante sofá de estilo chester con cojines rojos, una pequeña mesa de cristal y dos butacas marrones. Todo ello cercado por un enorme ventanal -tapado con cortinas para evitar que nadie les viera desde la calle- y una vitrina con varias macetas que hacía las veces de biombo. De esta manera se aseguraban una privacidad total.

La cita, que duró apenas 30 minutos, acabó bajo el mismo halo de secretismo con la que había arrancado. Al terminar, se despidieron y salieron del establecimiento con la peculiaridad de que lo hicieron por separado y con un intervalo de cinco minutos. El objetivo de esta maniobra era que nadie pudiera relacionarlos. Seguidamente, se quedaron merodeando por las calles aledañas usando los escaparates de una cafetería y una farmacia como espejo para ver si alguien les seguía, una técnica usada por profesionales de la seguridad para detectar seguimientos. Pero era tarde. OKDIARIO ya había descubierto el encuentro.

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