El CNI investiga por qué los espías sobre el terreno no detectaron a 10.000 marroquíes camino de Ceuta
Los informes de los servicios de Inteligencia temen que se produzcan hechos similares durante los próximos meses
Lo ocurrido en Ceuta se valora más como una demostración de fuerza de Marruecos que como una represalia
La acogida del líder Polisario era el movimiento que Rabat esperaba para justificar el uso de su población contra España
Las consecuencias de lo ocurrido en la frontera de Ceuta la semana pasada están todavía por llegar y por calibrarse. Los servicios de Inteligencia españoles, CNI y Seguridad Nacional, tratan de averiguar qué falló el pasado 17 de mayo cuando desde la madrugada miles de personas violaron de manera ilegal la frontera de Ceuta.
Temor, así, sin paliativos. Ésa es la respuesta que las fuentes de la Inteligencia española consultadas por este periódico responden cuando se les pregunta por las consecuencias de los hechos ocurridos en Ceuta y, en menor medida, en Melilla, durante los últimos días. Y ése, además, es uno de los primeros matices.
Mientras el asalto a la valla de Ceuta ha sido catalogado como un movimiento calculado fruto de la estrategia del reino de Marruecos, los hechos inmediatamente posteriores ocurridos en Melilla han sido interpretados más como un acto de imitación animado por el boca a boca en territorio marroquí.
El “temor” mencionado hace unas líneas por parte de los servicios de Inteligencia españoles nace del convencimiento de que lo que acabamos de presenciar en Ceuta es sólo un primer acto. A la pregunta de si entonces lo que ha sucedido en la frontera ha sido una especie de ensayo, la respuesta es taxativa: no lo es, más bien se parece a un acto de fuerza. Según esta fuente reservada en los ensayos hay un margen de improvisación y en Ceuta estaba todo preparado desde días, incluso semanas, atrás.
Sin embargo, lo que más sigue preocupando es la velocidad de reacción de España ante la violación de una de sus fronteras, un hecho lo suficientemente grave como para que el presidente del país acabara lanzando un mensaje institucional para tranquilizar a los habitantes de Ceuta, sobre todo.
Como ocurre siempre que se produce un acontecimiento inesperado que comprometa la seguridad del país, el CNI y Seguridad Nacional, llevan días poniendo información a disposición de sus analistas para, no sólo proyectar posibles escenarios futuros, sino para saber cómo se llegó a la situación del lunes 17.
La «excusa» del Polisario
La Inteligencia española asume que Marruecos llevaba tiempo preparando lo que vimos en la playa de El Tarajal, aunque para saber eso no hace falta ser espía, ya que fue la propia diplomacia marroquí la que advirtió a España de que asumiera las consecuencias de sus actos. Sobre eso, sobre la motivación de interpretar el asilo del líder del Frente Polisario en Logroño como una afrenta, las fuentes consultadas lo llevan al terreno de la “excusa”. Para que lo entendamos, lo que indican estas fuentes es que acoger a Brahim Ghali ha sido una imprudencia y una torpeza diplomática, pero que a Rabat le hubiera valido cualquier otra excusa para activar una iniciativa hace tiempo preparada.
Lo que nos lleva a la parte más crítica de estos acontecimientos: la información. Cuando se produce una brecha en la Seguridad Nacional, por ejemplo, en el caso de un atentado, los servicios de Información e Inteligencia de cualquier país analizan los presuntos fallos cometidos para no detectar el hecho consumado y casi siempre la conclusión es que no existe el riesgo cero.
En Ceuta usar este argumento es grosero. Las fuentes consultadas por OKDIARIO hablan de que Marruecos nos lleva tiempo sometiendo a una suerte de “ceguera de información” y que por parte de España se ha subestimado en los últimos tiempos la importancia de saber todo lo que sucede al sur de Ceuta y Melilla y que pueda afectar a todo el país.
Para que durante el lunes 17 de mayo fueran decenas de miles los que estaban al otro lado de la valla de Marruecos hubo que producirse un traslado de personas en masa, a pie y en autobuses, y que a la luz del nulo refuerzo fronterizo no fue tenido en cuenta.
¿El CNI no detectó esos movimientos en Marruecos camino de Ceuta? Si sucedió eso se trataría de una terrible negligencia, un fallo atribuible a la pérdida de intercambio de información a la que Marruecos nos somete mientras cumple con sus ‘obligaciones’ europeas hablando con Francia en lugar de con España.
¿El CNI sí detectó los movimientos previos a la violación de la frontera? Si lo hizo, lo que queda es seguir el rastro de esa información hasta dar con el eslabón que no la valoró de forma suficiente como para ordenar reforzar la frontera. Lo único cierto ahora mismo es que el Ministerio del Interior no movilizó efectivos policiales de refuerzo desde la península hasta el martes 18 al mediodía, 24 horas después de estallar la crisis. Lo que la investigación interna en el CNI y Seguridad Nacional dirimirá es si la información sobre Ceuta no llegó o no se le dio importancia.
Cualquier respuesta será igual de grave, pero los responsables serán totalmente distintos.