El alcalde de Galapagar enchufó a su mujer «en fraude de Ley» y luego le dio una plaza indefinida

Galapagar
El alcalde de Galapagar, Daniel Pérez, junto al decreto que firmó para hacer indefinida la plaza de su mujer.

El alcalde de Galapagar, Daniel Pérez Muñoz, enchufó a su mujer como empleada eventual del Ayuntamiento en noviembre de 2009, gracias a las subvenciones otorgadas por la Comunidad de Madrid. Y un año después, utilizó un informe del interventor que constataba que el contrato había sido ilegal, para convertir su puesto de trabajo en indefinido.

Desde entonces, la mujer del alcalde ha trabajado en el gabinete de prensa del Ayuntamiento hasta que, hace pocos meses, pidió una excedencia para convertirse en bloguera e influencer: publica un blog titulado «Una madre molona», en el que ofrece recetas de repostería y consejos para cuidar a los niños.

Daniel Pérez se convirtió en alcalde de Galapagar en septiembre de 2008 mediante una moción de censura, presentada por el PP y la Plataforma de Vecinos de Galapagar, que derribó a la entonces regidora socialista Carmen Toledano.

Apenas un año después, el alcalde colocó en el Ayuntamiento a su pareja, Isabel C.M., como «agente de empleo y desarrollo local», mediante un contrato temporal «por obra o servicio». Sobre el papel, el cometido de la mujer del alcalde era gestionar las subvenciones que la Comunidad de Madrid había otorgado al Ayuntamiento de Galapagar para el «desarrollo local» del municipio.

Utilizó las subvenciones de la Comunidad

En principio, se trataba de un contrato temporal, firmado el 25 de noviembre de 2009, que debía prolongarse durante un año. Sin embargo, cumplido este plazo, el Departamento de Recursos Humanos solicitó un informe al interventor, quien constató que el contrato de la pareja del alcalde se había firmado «en fraude de ley».

El interventor reconocía en su informe que la pareja del alcalde podía ser despedida, ya que el artículo 52 e) del Estatuto de los Trabajadores «reconoce como causa objetiva de extinción del contrato de trabajo la insuficiencia de la consignación presupuestaria de los planes y programas que no tengan un sistema estable de financiación». En este caso, debido a que ya se habían agotado las subvenciones de la Comunidad de Madrid que debía gestionar.

Pero al mismo tiempo recordaba que, según el artículo 15.3 del Estatuto de los Trabajadores, deben considerarse como contratos indefinidos aquellos «contratos temporales celebrados en fraude de ley», como ocurría en el caso de Isabel C.M.

Atendiendo a este informe, el alcalde Daniel Pérez firmó el 23 de noviembre de 2010 un decreto por el que convertía en «indefinido» el contrato ilegal que el Ayuntamiento había adjudicado un año antes a su pareja.

Daniel Pérez
El decreto por el que el alcalde Daniel Pérez convirtió en indefinido el contrato ilegal que había dado a su mujer.

El decreto firmado por el alcalde señala literalmente: «Al haber sido celebrado en fraude de ley, debe reconocerse como celebrado por tiempo indefinido el contrato suscrito a la trabajadora, pero sin que la misma adquiera la condición de fija en plantilla, puesto que la Corporación está obligada a poner en marcha los procesos selectivos conforme a la normativa vigente».

«En caso de que esta trabajadora no supere las correspondientes pruebas», añade, «se considerará que la toma de posesión de quien las apruebe será justa causa de despido, sin derecho a indemnización. El reconocimiento de esta situación (…) puede evitar futuros gastos derivados de las costas judiciales en caso de litigio judicial».

Es decir, el alcalde reconocía que el Ayuntamiento había contratado ilegalmente a su pareja, por lo que convertía su contrato temporal en indefinido para evitar que recurriera a los tribunales y el Consistorio fuera condenado por aquella actuación ilegal.

Puesto que Isabel C.M. no podía convertirse automáticamente en funcionaria por esta vía, sólo podría continuar ocupando su puesto si lograba superar una prueba de méritos: en caso contrario, sería despedida. No ha ocurrido así.

Galapagar
Estos son los trámites por los que el contrato de la mujer del alcalde se convirtió en indefinido.

Tras la firma de este decreto, la pareja del alcalde (actualmente están casados en régimen de separación de bienes) abandonó su puesto como «agente de desarrollo local» y se incorporó al gabinete de prensa del Ayuntamiento, que ya contaba con cuatro periodistas.

Un hecho que fue especialmente criticado pues, en plena crisis económica, el Ayuntamiento había despedido a 40 trabajadores y había comenzado a aplicar recortes de sueldo a los empleados de su plantilla (así como la retirada de una paga extra). Mientras tanto, la mujer del alcalde era enchufada en el gabinete de prensa.

Según su currículum, Isabel C.M. es licenciada en Comunicación Audiovisual y tiene un Máster en Diseño Gráfico y Dirección de Arte. Hace tan sólo unos meses, solicitó una excedencia no remunerada y abandonó el gabinete de prensa del Ayuntamiento para convertirse en bloguera de éxito.

En su blog «Una madre molona», se presenta así: «Soy Isabel, madre de tres molones. Comparto trucos, consejos y todo lo que necesitas saber para ser una madre molona o, por lo menos, intentarlo. No te pierdas mis talleres de disciplina positiva, una experiencia única para dar el paso a una educación sin gritos, chantajes, castigos…»

Galapagar
El blog de la mujer del alcalde de Galapagar ha recibido el «Premio Blog Crianza y Embarazo 2016».

En el blog tiene un papel estelar el «padre molón», que no es otro que el alcalde de Galapagar, Daniel Pérez. La publicación ofrece consejos para dosificar el tiempo de los niños ante la televisión, castigar las prácticas de bullying o, por ejemplo, elegir los regalos de Reyes de los pequeños («esta Navidad recuerda: las mascotas no son un juguete»).

La labor de la mujer del alcalde de Galapagar como «madre molona» ha sido reconocida con el «Premio Blog Crianza y Embarazo 2016» y sus experiencias ya han sido recogidas en un libro: «Una madre molona: Cómo afrontar la maternidad con arte, salero y un toque de humor». Se vende por 14,15 euros en papel con tapa blanda y por 6,64 euros en formato digital.

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