La firma del padre ‘black’ de Espinar está acusada de financiar con 455.000€ en negro ¡al PP!

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Ramón Espinar hijo y padre. (Fotos: EFE) | Última hora Podemos

Copasa, la empresa que dirige el padre de Ramón Espinar, quien le financió la VPO al diputado autonómico y senador de Podemos, es una de las constructoras investigadas en el caso Gürtel por abonar donaciones en b al Partido Popular a cambio de multimillonarios contratos de administraciones bajo su control. El mismo año en que el podemita se hacía con el piso protegido, 2007, el principal accionista de dicha empresa, José Luis Suárez, y ante las sospechas de amiguismo con gobiernos populares, ya tuvo que justificar el meteórico ascenso de su empresa desde la nada hasta facturar más de 540 millones en obra pública: «Nunca fuimos la constructora del PP», dijo.

La contabilidad de Bárcenas registró en marzo de 2004 una llamativa donación opaca de Copasa al PP: 75.000 euros. Esta entrega de dinero, investigada por la Justicia en el caso de ‘los papeles de Bárcenas’, presentaba presuntamente dos ilegalidades:  Copasa no podía donar ninguna cifra al PP porque era contratista del Estado y, por otro lado, la compañía superaba el mínimo permitido a un solo donante, establecido en 60.000 euros en la ley de financiación de partidos.

Un informe de la UDEF detalló el reguero de adjudicaciones de Copasa: las diferentes administraciones controladas por el PP le habían otorgado contratos por valor de 482 millones de euros en paralelo a los años de la recaudación de dinero negro por Bárcenas para el partido.

Copasa, además, fue con diferencia, el mayor donante opaco del PP gallego en 2006, según documentos contables internos ratificados por Luis Bárcenas, ex gerente y ex tesorero del partido, en sede judicial. La empresa de Suárez, que ficharía a Espinar al año siguiente, aportó 380.245 euros en b al PP gallego. Fue la principal contribución dentro de los 2,5 millones aportados en dinero opaco al Partido Popular en Galicia por constructoras con fuertes vínculos contractuales con el Gobierno regional.

Da idea de la magnitud de la aportación en b de Copasa el hecho de que en ese año la contabilidad oficial del PP gallego sólo registró 208.000 euros en donativos en a.

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Auto del juez Ruz sobre la investigación de los pagos de Copasa al PP gallego. (clic para ampliar)

En definitiva, en dos años la empresa que controlaría desde 2007 el padre de Ramón Espinar Merino aportó al PP 455.245 euros en b tras recibir contratos por 482 millones de euros. La empresa de Suárez siempre ha negado haber hecho esas aportaciones opacas al PP. Los contratos de Copasa investigados por el juez Ruz, como se comprueba en el auto que se reproduce en esta información, llegaron hasta el año 2012. Es decir, que implicaron también el mandato de Espinar al frente de la constructora.

Más allá de las mordidas presuntamente sufragadas por Copasa al PP en los años de Bárcenas, destaca el hecho de que en 2007, por ejemplo, el año del fichaje como consejero de Ramón Espinar Gallego, la cartera de contratos públicos suponía el 63% del total con el siguiente desglose: 36,60%, administración central; 21,4%, comunidades autónomas; 3,19%, corporaciones locales y 1,20%, empresas públicas.

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Cuentas auditadas de Copasa, con el desglose de la procedencia de sus ingresos. (clic para ampliar)

Sólo el restante 37% de su facturación provenía de clientes privados. La tónica del origen de los ingresos a partir de 2007, en los años del mandato de Espinar Gallego al frente de esta poderosa compañía, (330 millones de euros de ingresos en 2007) ha sido similar.

Esta constructora tan dependiente del BOE supo fichar precisamente a un destacado socialista (ex presidente de la Asamblea de Madrid, ex alcalde de Leganés, ex consejero del Gobierno madrileño y entonces ya consejero de Cajamadrid) en un año en el que el presidente de Copasa tuvo que salir en público para neutralizar el olor a favores del PP que despedía su empresa. Y lo hizo en pleno mandato del PSOE en Moncloa, una buena tarjeta de visita para una contratista del Gobierno central.

En ese año, 2007, el futuro dirigente podemita Ramón Espinar Merino, con 21 años, consintió que su padre le financiara la adquisición de una VPO que nunca habría de habitar. Su inversión se iba a mostrar muy rentable: un 20%, mejor que la mayor rentabilidad que pudiera darle la caja de ahorros de la que su padre era consejero, Cajamadrid, a plazo fijo.

Un banco donde, Espinar padre, a su generoso sueldo sumó otros más de 178.000 euros de las tarjetas black, lo que le ha supuesto una acusación de apropiación indebida. «Somos los hijos de los obreros que nunca pudísteis matar», dice de sí mismo Espinar jr.

 

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