Última hora de la salud del Papa Francisco: «En estado crítico tras sufrir una crisis respiratoria»
El parte emitido por el Vaticano este sábado por la tarde desvela un nuevo agravamiento de la salud del Papa
Los médicos insisten en que "no está fuera de peligro"
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El Papa Francisco ha empeorado. Su salud es «crítica», según el último parte emitido este sábado por la tarde por el Vaticano, que revela que el Sumo Pontífice ha sufrido en las últimas horas una grave crisis respiratoria que, además, ha sido «prolongada». La situación ha obligado a aplicarle «oxígeno de alto flujo». Y a los graves problemas respiratorios se añaden una trombocitopenia asociada a anemia, por la que ha tenido que recibir transfusiones de sangre para sortear su delicado estado de salud. El Papa Francisco sufre problemas respiratorios desde hace muchos años. Cuando tenía 21 años, le extirparon parte del pulmón después de desarrollar pleuresía, que es una inflamación de las membranas que protegen los pulmones. Padece una enfermedad pulmonar crónica y es propenso a sufrir bronquitis en invierno.
Las condiciones del Santo Padre «continúan siendo críticas, por lo tanto, como se explicó ayer, el Papa no está fuera de peligro», ha indicado el Vaticano en el comunicado que ha difundido este sábado por la tarde, horas después de que hubiera dicho, a primera hora de la mañana, que el Papa Francisco había «descansado bien».
El Sumo Pontífice, de 88 años, sigue ingresado en el Hospital Gemelli de Roma. Según la nota difundida por el Vaticano este sábado por la tarde, el estado de salud del Santo Padre ha empeorado conforme ha avanzado la mañana. «Presentó una crisis respiratoria asmática prolongada, que requirió también la aplicación de oxígeno de alto flujo», se ha afirmado en el comunicado oficial del Vaticano.
Asimismo, se ha desvelado que el Papa Francisco está sufriendo complicaciones añadidas, ya que a sus graves problemas respiratorios se le han añadido dolencias cardiovasculares.: «Los análisis de sangre de hoy [por este sábado] también revelaron una trombocitopenia, asociada a anemia, que requirió la administración de transfusiones de sangre».
Las mismas fuentes oficiales han indicado que el Papa Francisco «ha sufrido más» que la víspera, aunque se mantiene plenamente consciente.
El Papa Francisco padece una grave neumonía bilateral por la que fue ingresado hace ya una semana para recibir tratamiento. Esa neumonía derivó de una bronquitis previa.
Al menos una semana más ingresado
El jefe de la Iglesia Católica sufre una infección polimicrobiológica a la que se sumó una neumonía bilateral y, además, camina poco y tiene 88 años, lo que hacen de él «un paciente frágil».
El portavoz del equipo médico que le atiende en el Hospital Gemelli de Roma ha asegurado que el Papa seguirá en el hospital al menos toda la semana que viene hasta que esté curado de su neumonía bilateral y pueda continuar el tratamiento en su residencia en Santa Marta, pero «que se necesitará tiempo».
Los médicos han advertido que la principal amenaza que enfrenta Francisco sería la aparición de sepsis, una infección grave de la sangre que puede ocurrir como una complicación de la neumonía. La sepsis puede provocar insuficiencia orgánica y la muerte. Los médicos primero diagnosticaron una compleja infección viral, bacteriana y fúngica del tracto respiratorio y luego la aparición de neumonía en ambos pulmones. Le recetaron «descanso absoluto» y una combinación de cortisona y antibióticos, además de oxígeno suplementario. El sábado ha sido la primera vez que el Vaticano ha indicado que el Francisco sufría una «crisis respiratoria asmática de magnitud prolongada, que también requirió la aplicación de oxígeno en altos flujos».
Este domingo la homilía será pronunciada monseñor Rino Fisichella, viceprefecto del Dicasterio para la Evangelización y delegado para la organización del Año Santo. Leerá en la misa en San Pedro con motivo del Jubileo de los Diáconos, con la ordenación de 23 nuevos diáconos a los que el Papa todavía quiere extender su mandato.
Los cardenales de alto rango han tomado medidas este sábado para frenar las especulaciones de los últimos días sobre la posible dimisión del Papa. En una entrevista al Corriere, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, ha destacado que es una «especulación inútil», «rumores incontrolados» y «comentarios fuera de lugar». Por su parte, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, teólogo de referencia de Bergoglio, entrevistado por el diario argentino La Nación, ha afirmado que «no tiene sentido que algunos grupos presionen para una renuncia. Ya lo han hecho varias veces en los últimos años, y sólo puede ser una decisión completamente libre del Santo Padre, para que sea válida». Y ha añadido: «No veo un clima previo al cónclave, no veo hablar de un posible sucesor más que hace un año».