El régimen de Al Assad dice que su capacidad militar no se ha visto afectada por el ataque

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Partidarios del régimen de Bashar Al Assad han salido a las calles de Siria para condenar el ataque de EEUU, Francia y Reino Unido

El Gobierno de Siria ha condenado la «agresión tripartita» lanzada de madrugada por Estados Unidos, Francia y Reino Unido, en la medida en que la considera una «violación flagrante» del Derecho Internacional y de los principios de la ONU, y ha advertido de que estos bombardeos no afectarán a sus operaciones militares contra el «terrorismo».

El Ministerio de Exteriores sirio ha atribuido la ofensiva al «fracaso de la conspiración» de Occidente y a la derrota de quienes, sobre el terreno, han actuado como «herramientas» de sus intereses, en aparente alusión a los rebeldes apoyados por países como Estados Unidos.

Damasco ha advertido a los países intervinientes de que correrán la misma suerte que sus aliados y también ellos sufrirán el «fracaso» y la «vergüenza», según un portavoz citado por la agencia de noticias oficial, SANA.

El Ministerio ha vinculado el inicio de los ataques con la llegada de un equipo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que tenía previsto investigar a partir de este sábado el supuesto uso de armamento prohibido en la localidad de Duma el pasado 7 de abril.

En este sentido, ha lamentado que se quiera «impedir el trabajo de la misión, anticipar sus resultados y añadir presión para intentar encubrir las mentiras» vertidas en los últimos días. El régimen de Al Assad ha negado haber utilizar armas químicas contra la población, pese a los indicios que así lo acreditarían.

Damasco ha instado a la comunidad internacional a unirse a su «condena» de las acciones de Washington, Londres y París, y ha advertido de que estos bombardeos «no afectarán a la voluntad y determinación» de las Fuerzas Armadas Sirias para combatir el terrorismo y defender la soberanía y la integridad territorial.

En su opinión, los ataques «no llevarán a nada» y solo servirán para «inflamar las tensiones en todo el mundo». Son «una amenaza para la paz y la seguridad», ha denunciado la fuente consultada por SANA.

El Ministerio de Exteriores ha asegurado en su reacción que la población de Damasco ha salido a las calles para «condenar» este ataque. La agencia de noticias oficial incluso habla en una de sus informaciones de «vida normal» en la capital y en otras ciudades pese a la ofensiva militar.

Tanto las autoridades de Siria como las de Rusia han cifrado en torno a un centenar los misiles disparados por las fuerzas estadounidenses, francesas y británicas.

Según las Fuerzas Armadas sirias, «la mayoría» fueron derribados por los sistemas de defensa antiaérea, aunque algunos terminaron impactando en «un edificio que alberga un centro de enseñanza y laboratorios científicos». Además, la explosión de uno de los misiles habría causado heridas a tres civiles.

 

Rusia sale en apoyo de Siria: «Hay que ser anormal»

Los aliados del régimen de Bashar al Assad, con Rusia e Irán a la cabeza, han salido este sábado en bloque para apoyar al Gobierno sirio tras los bombardeos lanzados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia y han advertido de las consecuencias que podrían tener estas acciones para la estabilidad de Siria y de toda la región.

El presidente ruso, Vladimir Putin, principal valedor internacional de Al Assad, ya se había expresado en contra de la hipotética intervención que llevaba días aireando su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, y este sábado ha tenido que escuchar por boca de su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, los detalles de la operación que finalmente sí se ha llevado a cabo.

El Gobierno de Francia ha asegurado que Rusia conoció de antemano el alcance de estas operaciones y que en ningún momento se bombardeó a fuerzas aliadas del régimen sirio, sino solo instalaciones vinculadas directamente a Al Assad. El Ministerio de Defensa de Rusia también ha informado de que no ha utilizado sus sistemas de defensa antiaérea para repeler alguno de los más cien misiles que se han lanzado –según cifras de Moscú y Damasco–.

El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, ha respondido con contundencia a la ofensiva y ha advertido de que «tendrá consecuencias», al tiempo que ha apuntado que «toda la responsabilidad» recaerá en las tres potencias implicadas.

«Nuestros peores temores se han hecho realidad. Nuestros avisos no han sido escuchados. Se está implementando un escenario premeditado. Una vez más, estamos siendo amenazados», ha asegurado el embajador en un comunicado publicado por la Embajada rusa en su cuenta oficial de Facebook.

De acuerdo con Antonov, «insultar al presidente de Rusia es inadmisible e inaceptable». El embajador ruso ha añadido que Estados Unidos es la potencia con el mayor arsenal de armas químicas del mundo, por lo que no tiene ningún «derecho moral» para culpar a otros países de haber perpetrado ataques químicos.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha señalado que «hay que ser bastante anormal para atacar la capital de Siria justo en el momento en que tenía la oportunidad de un futuro pacífico», según la agencia de noticias Sputnik.

«Primero la ‘Primavera Árabe’ puso a prueba a los sirios, después Estados Islámico, ahora misiles inteligentes estadounidenses. La capital de un gobierno soberano, que intentó durante años sobrevivir bajo una agresión terrorista ha sido atacada», ha publicado Zajarova a través de su cuenta en Facebook.

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