Disturbios en Bogotá y Cali

Las protestas en Latinoamérica se extienden a Colombia con una huelga general

disturbios Colombia
Imagen de la manifestación que tuvo lugar en Bogotá. (Ep)

El deterioro de las pensiones y los salarios, el incumplimiento de los acuerdos con los estudiantes, y la perenne situación de violencia que vive el país -más de 160 dirigentes sociales y sindicales han sido asesinados en lo que va de año-, así como el intento del Gobierno de modificar el acuerdo de paz con las FARC en 2016, están detrás de las movilizaciones que sacuden Colombia desde ayer, jornada de huelga general.

Las manifestaciones y los disturbios que se han producido en casi todo el país contra la política económica de Iván Duque han obligado incluso a declarar el toque de queda en Cali. En Bogotá, las caceroladas se hicieron sentir con fuerza mientras se recrudecían los enfrentamientos con la Policía.

Los manifestantes incluso atacaron el Palacio de Liévano, en el centro histórico de Bogotá, que sufrió diversos daños poco antes de que los antidisturbios lanzaran gases lacrimógenos contra la multitud en un intento de dispersar la marcha, según ha informado el diario local ‘El Espectador’.

En otro punto de la ciudad, un grupo de manifestantes que se dirigía al Aeropuerto El Dorado se ha enfrentado con los antidisturbios.

Poco después, los enfrentamientos se recrudecieron en las inmediaciones del centro comercial Gran Estación, por lo que otro grupo de manifestantes se ha dispersado hacia el cercano edificio de la Gobernación de Cundinamarca.

La Universidad Nacional, el Congreso y la sede del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX) también han sido escenario de enfrentamientos.

El Senado, protegido

En un vídeo difundido por el citado periódico, se puede ver cómo un grupo de policías protegen la entrada de las oficinas del Senado mientras se protegen con sus escudos ante el lanzamiento de piedras, ladrillos y otros objetivos por parte de los manifestantes.

Frente a la sede de ICETEX, un grupo de personas habría intentado entrar en las instalaciones haciendo uso de piedras y ‘papas bomba’ (que reciben ese nombre por su parecido con los tubérculos y pueden incluir clavos, tuercas y piedras). Al menos cuatro agentes habrían resultado heridos.

La ministra de Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, afirmó que el Gobierno del presidente Iván Duque garantizaría el derecho a la protesta pacífica, así como «la vida, honra, y bienes tanto de quienes participen en la misma, como de los terceros que no lo hagan», pero advirtió que los actos violentos serían respondidos «con toda la fuerza del Estado».

Los días previos a la huelga, el Ejecutivo otorgó plenos poderes a las autoridades locales y regionales para imponer las medidas necesarias en caso de que se produjeran actos de violencia y revueltas similares a las acontecidas en las últimas semanas en las principales ciudades de algunos de los países de la región, como Ecuador, Chile y Bolivia.

Frente a esto, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, ha asegurado que la capital no sería militarizada y que no habría toque de queda.

No obstante, en la ciudad de Cali las autoridades han declarado el toque de queda debido a los disturbios y saqueos registrados. «El país y el Gobierno ya están al tanto del toque de queda en Cali que empieza desde ahora, lamentablemente tenemos una serie de disturbios en Bogotá que han dañado la protesta pacífica», ha alertado Gutiérrez en relación a lo sucedido en las dos ciudades colombianas.

Por su parte, el Defensor del Pueblo, Jorge Calero, ha señalado que se ha producido un «ataque a una misión médica y una unidad médica, cuyo conductor ha resultado herido». «Luego, en Bogotá, una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo que acompañaba la marcha fue objeto de una agresión con elementos contundentes», ha manifestado.

Según los datos de la Policía, por el momento son 79 los heridos -42 civiles y 37 policías- y 36 los detenidos en el marco de las protestas. En una rueda de prensa, el jefe de las fuerzas de seguridad, Hoover Penilla, ha indicado que «más de 96.000 personas todavía se encuentran en algunos lugares concentrados esperando para llegar a sus hogares».

«La Policía Metropolitana de Bogotá y la Policía Nacional quieren dejar claro a la ciudadana bogotana que vamos a hacer hasta lo indecible, lo que nos corresponda, hasta el ultimo aliento, por sofocar esta situación», ha aclarado.

Avisó asímismo que los miembros de las fuerzas de seguridad saldrán «a cumplir su tarea: salvaguardar bienes públicos y privados y defender el bienestar y la integridad del ciudadano de bien. Repito: hasta el último aliento, no más».

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