El Partido Comunista de Cuba aúpa a Díaz-Canel como líder supremo de la dictadura castrista
El Partido Comunista de Cuba (PCC) ha elegido como su nuevo líder a Miguel Díaz-Canel, que de esta forma pone fin a la bicefalia imperante en la isla durante los últimos años y toma definitivamente las riendas de la revolución política lanzada en su día por Fidel Castro y heredada por su hermano Raúl.
Raúl Castro, de 89 años, confirmó el viernes lo que era ya un secreto a voces, que dejaría de ser el primer secretario del Comité Central del PCC, y este lunes, en la última jornada del octavo congreso, se ha confirmado el nombramiento de Díaz-Canel, según ha informado el propio partido.
Concluye así una transición que arrancó en 2018, cuando Díaz-Canel se hizo con le jefatura de Estado. Castro ha destacado de él su labor en los distintos cargos que ha ocupado hasta ahora, prometiendo seguir como «un combatiente revolucionario más» dispuesto a aportar su «modesta contribución» a la obra política cubana «hasta el final de la vida», según la prensa oficial.
Díaz-Canel, por su parte, ha destacado que seguirá consultando con su predecesor las decisiones estratégicas sobre el futuro del país, donde la lucha contra la pandemia de coronavirus se suma a un inconcluso proceso de readaptación económica lastrado por décadas de bloqueo.
La retirada de Castro
El hasta ahora secretario general del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, anunció durante su VIII Congreso celebrado en La Habana que dejará de ser el líder de la formación, tras 10 años al frente.
«En lo que a mi se refiere, concluye mi tarea como primer secretario del Partido Comunista con la satisfacción de haber cumplido y la confianza en el futuro de la patria, con la meditada convicción de no aceptar propuestas para mantenerme en los órganos superiores de la formación», anunció Castro.
Durante la presentación de su informe, Castro destacó los avances logrados en los últimos cinco años, pero reconoció también la necesidad de «imprimir mayor dinamismo» en la resolución de los problemas a los que se enfrenta la isla.
Mostró su «satisfacción» sabiendo que deja la dirección del país «a un grupo de dirigentes preparados, curtidos por décadas de experiencia» y «comprometidos con la ética de la Revolución», entre los que se encuentra el que se prevé será su sustituto, el actual presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
«Creo fervientemente en la fuerza y el valor del ejemplo y la comprensión de mis compatriotas, y mientras viva estaré listo con el pie en el estribo para defender a la patria, la Revolución y el socialismo», recalcó Castro durante el acto que fue televisado por la televisión cubana.
Durante su intervención en el VIII Congreso del Partido Comunista, Castro insistió en la necesidad de fomentar el diálogo «respetuoso» con Estados Unidos, pero sin que ello conlleve que Cuba renuncie «a sus principios de la Revolución y el socialismo», así como a su soberanía e independencia
Recordó que además de hacer frente a la crisis del coronavirus la isla también tuvo que defenderse del recrudecimiento de las medidas coercitivas impuestas desde la Casa Blanca, las cuales tienen una «declarada meta de estrangular al país y provocar el estallido social».
«El objetivo de estas medidas es extender el cerco económico para sabotear el sistema y obstaculizar el proceso y la actualización de la economía, así como quebrar la gestión del Estado e imponer la informalidad de la actividad económica y el caos», explicó.
A su vez, alabó «la fortaleza de la sociedad cubana» frente a los ataques económicos y mediáticos que llegaron desde fuera de la isla, como la «inmoral» campaña contra la cooperación médica internacional de Cuba.
Castro, quien estuvo al frente del país entre 2008 y 2018, asumió la Secretaría General del partido en abril de 2011, sucediendo a su hermano Fidel, líder de la Revolución, quien falleció en noviembre de 2016.