El Parlamento del Líbano amplía el estado de emergencia en Beirut tras las explosiones
El Parlamento de Líbano ha aprobado este jueves extender el estado de emergencia en Beirut a causa de las fuertes explosiones registradas la semana pasada, que han dejado más de 170 muertos y 6.000 heridos.
Según las leyes libanesas, el estado de emergencia debe ser sometido al poder legislativo si la medida dura más de una semana. Ahora, el Ejército seguirá desplegado en las calles de la capital en una decisión que ya ha recibido las críticas de defensores de los Derechos Humanos y activistas por considerarla «innecesaria».
El diputado independiente Ousama Saad ha explicado en declaraciones a la cadena New TV que la decisión da «más poder al Ejército para poder prohibir aglomeraciones y manifestaciones y amplía la jurisdicción de las cortes castrenses».
En la que ha sido la primera sesión parlamentaria desde que se produjo la tragedia, la Cámara ha aceptado, además, la dimisión de siete diputados a raíz de las fuertes protestas registradas. Al principio de la misma, los diputados han guardado un minuto de silencio por las víctimas de las explosiones.
Sin embargo, un gran número de parlamentarios ha decidido no acudir al encuentro –celebrado en el Palacio de la UNESCO por motivos de seguridad–, en una clara señal de boicot, según informaciones del diario ‘An-Nahar’. Por el momento siguen sin conocerse las causas del incendio que provocó la explosión de casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio almacenado en el puerto de Beirut.
No obstante, varios informes indican que tanto el Gobierno como las autoridades portuarias sabían que los productos se encontraban en el puerto. Las explosiones han provocado la indignación de miles de personas que han salido a la calle durante la última semana para protestas contra la élite política y el Gobierno libanés.
El lunes, el Gobierno de Hasán Diab dimitió en bloque en un intento de «dar un paso atrás para estar junto a la población» y buscar así que se produzca un «cambio real». Por su parte, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, ha abogado por la creación «rápida» de un nuevo Gobierno tras la salida de Diab.
A pesar de la dimisión del Gobierno, las protestas han seguido sucediéndose en el país y se espera que miles de personas vuelvan a salir a la calle este jueves en la capital libanesa.
El país se encontraba ya sumido en una grave crisis económica antes de que se produjeran las explosiones. Según los expertos, se trata de la peor crisis desde la guerra civil, que tuvo lugar entre 1975 y 1990.
Ahora, las autoridades y la comunidad internacional temen que la destrucción ocasionada por las deflagraciones tengan un impacto significativo en la importación de alimentos y productos básicos, lo que podría provocar una profunda crisis humanitaria.