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El Papa Francisco sobre «las atrocidades» de los abusos a menores en la Iglesia: «Es nuestra humillación»

También se ha referido a "las adopciones forzadas": muchos lo creían preferible "por el estigma de la madre soltera"

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El Papa Francisco. (FOTO: E.P.)
Paula M. Gonzálvez

El Papa Francisco ha lamentado este viernes que «la lacra» de los abusos a menores y que éstos sigan existiendo en las estructuras eclesiásticas, realidad que la Iglesia está afrontando «con decisión y firmeza, escuchando y acompañando a los heridos y poniendo en marcha un programa capilar de prevención en todo el mundo». En un discurso en el Castillo de Laeken, residencia de la familia real belga, durante su primer día de agenda oficial en Bélgica, el Santo Pontífice ha declarado que la institución debe resolver este «delito».

Francisco ha contestado así a la intervención del primer ministro belga en funciones, Alexander De Croo, que ha apuntado la necesidad de reconocer «las atrocidades» cometidas en el seno de la Iglesia con los menores para «hacer justicia», y «dar pasos concretos», sin olvidar «escuchar a las víctimas». Ambos se han encontrado con una iglesia de Bélgica -país en el que casi 6 millones de personas se declaran católicas- dañada por los escándalos de los abusos sexuales.

Asimismo, el Santo Padre ha instado a la Iglesia a asumir «la vergüenza de los abusos a menores» para que «no vuelva a suceder». «Hoy en la Iglesia misma existe este delito y la Iglesia debe avergonzarse y pedir perdón. Debe tratar de resolver esta situación con humildad cristiana. Si un abuso es suficiente para avergonzarse, la Iglesia debe pedir perdón por ello», ha sentenciado el Sumo Pontífice: «Esta es nuestra vergüenza y nuestra humillación».

Por otro lado, el Papa se ha referido también al caso de los niños robados revelado en 2015, el de los cerca de 30.000 bebés arrebatados a sus familias entre 1945 y 1980 para darlos en adopción, una trama que contó con la complicidad de la Iglesia.

El «fenómeno de las adopciones forzadas» es un asunto que «entristece» a Francisco, ha declarado. Ha calificado los casos como «espinosas historias» en las que «se mezclaba el fruto amargo del crimen y del delito con lo que, por desgracia, era el resultado de una mentalidad extendida en todos los estratos de la sociedad». Tanto, ha insistido, «que quienes actuaban de acuerdo con ella creían en conciencia que hacían el bien del niño y de la madre».

En este sentido, ha explicado que la familia y otros actores sociales, entre ellos la propia Iglesia, entendía que era preferible que el hijo fuese adoptado «para eliminar el estigma negativo que, por desgracia en aquella época, afectaba a la madre soltera». Francisco ha declarado que era lo mejor «por el bien de ambos, madre e hijo».

«Incluso hubo casos en los que a algunas mujeres no se les dio la opción de quedarse con el niño o darlo en adopción», ha recordado. Ha aprovechado el tema para denunciar que este ocurre en la actualidad, también, «en algunas culturas, en algunos países».

Francisco llegó este jueves, alrededor de las 19:06 horas, a Bruselas en un vuelo de 28 minutos procedente de Luxemburgo. Tras bajarlo del avión con una plataforma elevadora sobre la que iba sentado en su silla de ruedas, el Papa fue recibido por el Rey Felipe de Bélgica en la base aérea de Melsbroek.

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