Alemania

Olaf Scholz pierde la cuestión de confianza y Alemania camina hacia nuevas elecciones

Las elecciones alemanas se celebrarán el próximo 23 de febrero

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Olaf Scholz, canciller federal de Alemania. (Foto: EP).
Laura Mosqueda

El canciller alemán, Olaf Scholz, ha perdido este lunes la cuestión de confianza a la que se ha presentado en el Bundestag. Este era el último obstáculo que quedaba para la convocación de elecciones que se celebrarán el próximo 23 de febrero.

Scholz se ha presentado a esta cuestión sabiendo que no obtendría el apoyo de los parlamentarios al no contar con la mayoría en el Legislativo. El canciller ha logrado el respaldo de los 207 diputados socialdemócratas en la sala, mientras que Los Verdes, que integran la coalición, se han abstenido para evitar que el Gobierno pudiera superar la votación y continuar en el mando. De los 717 diputados presentes en el Bundestag en el momento de la votación, un total de 394 han votado en contra de la continuidad del Gobierno, otros 160 se han abstenido y tan solo los socialdemócratas han apoyado a Scholz.

Con estas votaciones, Scholz ha conseguido su objetivo: invocar el artículo 68 de la Ley Fundamental para pedir a los diputados que le otorguen su confianza. Ahora, al no conseguir superar el trámite parlamentario, el canciller propondrá al presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, la disolución de la Cámara. Tras esta propuesta, el presidente federal contará con 21 días para decidir si está o no de acuerdo y convocar nuevas elecciones.

El canciller, como muestra de su nula confianza en superar la votación, ha declarado desde la tribuna de oradores que las elecciones anticipadas permitirán a la población alemana «marcar el rumbo político» del país y decidir una cuestión «fundamental» como es la economía.

Rotura en la coalición alemana

El gobierno formado por los socialdemócratas, los liberales y los «verdes», colapsó el pasado mes de noviembre por diversas discrepancias entre Scholz y Christian Lindner, su ministro de finanzas y líder del Partido Liberal. La trifulca culminó con el despido inmediato del ministro tras meses de disputas presupuestarias, provocando la disolución de la coalición tripartita. «Me siento obligado a dar este paso para evitar daños a nuestro país. Necesitamos un Gobierno eficaz que tenga la fuerza para tomar las decisiones necesarias para nuestro país», explicaba el canciller alemán.

Aunque esta decisión haya provocado una crisis política, el detonante es económico. Los líderes alemanes han discrepado sobre cuáles serían las mejores decisiones financieras para activar la economía con el objetivo de escapar de la recesión y enfrentar los desafíos que se avecinan con China y con Estados Unidos.

La derecha tradicional de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), conocidos como Partidos de la Unión, ahora se considera la favorita para hacerse con la victoria en las elecciones de febrero. El líder de la CDU, Friedrich Merz, aspira a conseguir casi el 30 por ciento de los votos.

Por su parte, Scholz podría verse desplazado al tercer puesto con sólo el 14 por ciento de los votos y superado por la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD), que se haría con cerca del 20 por ciento de los votos y confirmaría su tendencia al alza, de la que ya dio muestras con sus buenos resultados en las elecciones europeas.

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