EEUU sitúa navíos de guerra cerca de Venezuela y Maduro replica con una milicia masiva
EEUU ha endurecido medidas en los últimos días: la DEA ha incautado más de 30 toneladas de cocaína vinculadas Maduro


La crisis venezolana ha dado un salto cualitativo en las últimas horas. El régimen de Nicolás Maduro ha anunciado el despliegue de 4,5 millones de milicianos armados en todo el país, presentado como un supuesto plan de paz para garantizar la soberanía. En la práctica, se trata de una demostración de fuerza paramilitar destinada a reforzar al oficialismo y a intimidar a una oposición envalentonada tras unas elecciones en las que Edmundo González resultó ganador, según actas certificadas y observadores internacionales, pero cuyo triunfo fue arrebatado por el chavismo.
El propio Maduro, en una reunión televisada con gobernadores y alcaldes afines, aseguró que la operación se llevará a cabo palmo a palmo en fábricas, centros de trabajo y zonas rurales, insistiendo en convertir a Venezuela en un país «inexpugnable». Su discurso estuvo cargado de referencias bélicas que contrastan con la profunda crisis social y económica que sufre la población.
El anuncio se produce en un contexto de máxima presión internacional. Estados Unidos ha desplegado tres navíos de guerra cerca de las costas venezolanas, oficialmente como parte de una operación contra los cárteles de la droga en el Caribe. Sin embargo, la medida se interpreta como un claro movimiento estratégico frente al régimen de Maduro, al que Washington acusa de liderar el denominado cártel de los Soles.
La ofensiva estadounidense se ha endurecido en los últimos días: la DEA ha incautado más de 30 toneladas de cocaína vinculadas a la red de Maduro y sus aliados, además de confiscar bienes por valor de 700 millones de dólares. Paralelamente, el Departamento de Estado elevó hasta 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura del líder bolivariano.
Chavismo
Mientras el chavismo recurre a la movilización paramilitar para blindarse, la oposición democrática denuncia una nueva maniobra de intimidación. María Corina Machado ha advertido que el país necesita «instituciones libres, no ejércitos paralelos», y acusa a Maduro de arrastrar a Venezuela hacia un escenario de conflicto civil con tal de perpetuarse en el poder.
La tensión diplomática entre Caracas y Washington aumenta al mismo ritmo que la crisis interna. Para expertos en seguridad regional, la presencia de buques de guerra estadounidenses tan cerca de las aguas venezolanas supone un aviso directo al régimen, que podría escalar en un bloqueo naval si Maduro insiste en mantener sus vínculos con el narcotráfico internacional. Analistas advierten que esta estrategia busca cortar las rutas de salida de droga y, a la vez, presionar políticamente al chavismo en un momento de debilidad interna.
En paralelo, la comunidad internacional sigue con atención la situación. La Unión Europea, varios gobiernos latinoamericanos y organismos multilaterales han reiterado su preocupación por el riesgo de que la confrontación derive en un conflicto abierto. La ONU ha pedido contención a todas las partes y ha instado a priorizar el diálogo, mientras que la oposición venezolana insiste en que el único camino viable pasa por unas elecciones libres que permitan superar más de dos décadas de autoritarismo, represión y miseria.
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