Occidente no espera a la ONU e impone sanciones económicas para frenar a Kim Jong-un

Kim Jong-un
Kim Jong-un. (Foto: AFP)

Occidente no espera a que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) determine qué hacer con los peligrosos caprichos de Kim Jong-un. Estados Unidos y sus aliados han decidido la imposición de nuevas sanciones económicas contra su régimen, que consideran una amenaza para el mundo, especialmente en vista del lanzamiento el pasado domingo de un cohete de largo alcance, sólo un nuevo ejemplo de tantos que llaman a no quedarse de brazos cruzados.

Corea del Sur cerró esta semana el complejo industrial de Kaesong, que fue presentado en 2004 como símbolo de la reconciliación entre los dos países, y acusa a los vecinos del Norte de haber utilizado cientos de millones de dólares recaudados allí para financiar sus programas balísticos y nucleares. Seúl trata además de repatriar a sus empresarios, pero no sabe qué ocurrirá ya que en 2014 Pyongyang legisló para poder detenerlos en caso de disputa comercial.

Daniel Russel, emisario clave de Barack Obama en Asia, cree que la «gravedad» de la situación es «incontestable». Así, el Senado norteamericano ha determinado por unanimidad castigar a toda persona o entidad que ayude directa o indirectamente al dictador, contra el que se actúa por su amenaza para el exterior pero no por la represión contra su población, a la que no concede ninguno de los más fundamentales preceptos de la carta de Derechos Humanos.

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