Nuevo ridículo de Biden: los objetos voladores no identificados derribados eran inofensivos
Nadie en Washington tiene prisa ahora en recuperar los restos de los tres objetos voladores
El Pentágono está en alerta siguiendo un globo chino que sobrevuela EEUU
EEUU asegura que el globo chino es parte de un plan espía a 40 países
La torpeza, la falta de información y la opacidad vuelven a ser el talón de Aquiles de la administración Biden. Del mismo modo que se gestionó recientemente el escándalo de los papeles secretos del presidente hallados en diferentes secuencias y en distintas localizaciones, el misterio ahora de los tres objetos voladores no identificados vuelve a poner en la palestra las vulnerabilidades de Joe Biden a escasas fechas de anunciar su candidatura para las elecciones presidenciales de 2024. Algo parece seguro: ni eran extraterrestres ni eran chinos.
Los tres últimos vehículos aéreos fueron derribados el viernes sobre Alaska, al día siguiente otro en Canadá y el domingo sobre el Lago Hurón. De acuerdo con la Casa Blanca, los análisis iniciales no han encontrado evidencia de que dichos vehículos aéreos formasen parte del programa de espionaje de China. Sin embargo, sin ninguna inspección ocular y tras la sobreactuación inicial con China de haber interceptado un globo espía suyo la pasada semana que fue derribado posteriormente, se afirma que los servicios de inteligencia de EEUU opinan que los últimos objetos en el aire tenían «fines comerciales» o «propósitos benignos» sin saber exactamente de qué se trataba.
Ya el lunes durante una rueda de prensa, el portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, aseguró que «un número de entes, como países, empresas, universidades y centros de investigación, opera con estos objetos que no son negativos de ninguna forma». Está claro que el equipo presidencial quiere rebajar la tensión tras la alarma social creada. Por ejemplo, nadie en Washington tiene prisa ahora en recuperar los restos de los tres objetos voladores derribados tras el del supuesto globo espía chino. Se aduce que las condiciones de acceso a los restos son muy complejas.
Según el Jefe del Estado Mayor conjunto de EEUU, Mark Milley, «el segundo objeto cayó en la costa de Alaska, un terreno en el Ártico muy complicado con temperaturas que llegan a los -40 grados. El tercero objetivo cayó en las montañas rocosas de Canadá y en el Yukón. Muy difícil de acceder. Y el último, en el Lago Hurón, probablemente a 30,5 metros de profundidad. Imagino que los hallaremos, pero nos va a llevar un tiempo».
Mientras la administración Biden dice que no sabe qué clase de objetos eran hasta que no sean recuperados, asegura que no constituían una amenaza para los EEUU y que tardará un tiempo recuperarlos. ¿Por qué entonces derribarlos y crear un riesgo innecesario para la población? Es la pregunta que se hacen muchos. Este vacío de información ha dado lugar a toda clase interpretaciones y críticas a la Casa Blanca, tanto de la ciudadanía como desde los dos lados de la bancada republicana y demócrata.
En el sector demócrata, el parlamentario Jim Himes aseguró que «me preocupa mucho por qué la administración no está siendo más transparente con todo lo que sabe». Su compañero de filas, el senador Jon Tester lanzó varias declaraciones demandando más información: «Todavía estamos esperando respuestas reales sobre cómo sucedió todo y qué medidas tomó la Administración para proteger a nuestro país. Haré todo lo posible para que se dé explicaciones de todo».
Por su parte, el senador republicano de Arkansas, Tom Cotton, comparó a Biden con su colega canadiense, Justin Trudeau: «Trudeau salió públicamente enseguida a dar la cara y ofreció una explicación a los canadienses. Biden le debe también una a los ciudadanos de EEUU». A lo que el senador Marco Rubio apostilló «los americanos necesitan saber todo directamente de su presidente hoy».
La falta de transparencia y explicaciones ha originado en las redes sociales una espiral de especulaciones sobre lo que pretende esconder supuestamente la administración Biden con este caso. Mientras que para algunos se trata de una cortina de humo para ocultar sus problemas de gestión, otros van más allá y creen que trata de ocultarse la tragedia medioambiental del tren que transportaba sustancias químicas tóxicas y que descarriló a principios de febrero en Ohio provocando la evacuación de un pueblo entero. Y si no eran pocos los problemas para Biden, este martes se ha sabido que el primer misil que fue lanzado el pasado domingo sobre el objeto volador erró en su objetivo y cayó aparentemente en el agua del Lago Hurón.