Al menos 43 personas, en su mayoría civiles, murieron este sábado por el estallido de un coche bomba en Azaz, ciudad rebelde cerca de la frontera turca en el norte de Siria, según un nuevo balance difundido por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Entre las víctima figuran seis rebeldes, añadió el OSDH, precisando que hay cuerpos calcinados que no pudieron ser identificados. Asimismo, decenas de personas resultaron heridas por la explosión, ocurrido delante de un tribunal islámico de esa localidad, situada en el norte de la provincia de Alepo.
Azaz ya ha sido objetivo en varias ocasiones de ataques y ofensivas de yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), que tratan de hacerse con el control de la ciudad.
El último ataque, ocurrido el 17 de noviembre, se dirigió contra la sede de un grupo rebelde, Nuredin Zinki, dejando un balance de 25 muertos, según la propia organización, que atribuyó la autoría al EI. El OSDH redujo el balance de víctimas a una decena.
Un mes antes, el 13 de octubre, al menos 17 personas, la mayoría rebeldes, murieron en la explosión de un coche bomba en un puesto de control de los insurgentes, según el observatorio.