Irán advierte sobre la caída de cohetes en sus fronteras debido al conflicto de Nagorno-Karabaj
Irán advirtió esta jornada de que no tolerará ninguna agresión contra su territorio, en el que han caído varios misiles lanzados por Armenia y Azerbaiyán en el conflicto que libran en el enclave de Nagorno-Karabaj, situado en territorio de Azerbaiyán.
El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Saeed Khatibzadeh, dijo que no es tolerable ninguna agresión contra el territorio de Irán por parte de cualquiera de las partes involucradas en la región. “Advertimos a todas ellas que tomen las precauciones necesarias al respecto», informó la web oficial de dicho departamento.
Khatibzadeh asimismo subrayó la necesidad de respetar la integridad territorial de la República de Azerbaiyán, el principio de no agresión contra civiles, el cese de los conflictos y el inicio de conversaciones serias.
En los últimos días, los enfrentamientos entre Azerbaiyán y Armenia han dado lugar a que las partes en conflicto disparen varios cohetes y misiles en varias aldeas y zonas adyacentes a la frontera entre los dos países con Irán, informó la agencia local iraní de noticias Mehr. En estos ataques varias casas han sido dañadas y un niño de 6 años ha resultado herido.
Hoy se cumplen once días desde que comenzó el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán en el territorio de Nagorno-Karabaj, territorio autoproclamado independiente como la República de Artsaj, un enclave armenio dentro del territorio azerí que quedó aislado cuando la URSS dividió los territorios del Cáucaso en 1918.
Medidas cautelares
La implicación de Turquía en el conflicto de Nagorno-Karabaj está incomodando a la comunidad internacional. La movilización de milicias turcas desde Siria y Libia a Azerbaiyán ha incomodado a Armenia, que ha denunciado los hechos antes el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TJEDH)
El Tribunal de Estrasburgo aceptó ayer martes una medida cautelar solicitada por Armenia y urgió a Turquía y a todos los Estados implicados en el conflicto de Nagorno-Karabaj (Armenia y Azerbaiyán) a «abstenerse de todo acto que contribuya a vulnerar el Convenio Europeo de Derechos Humanos».
Armenia presentó el pasado domingo ante la Corte europea una demanda de medidas cautelares contra Turquía referente al conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, cuyas hostilidades comenzaron el sábado 26 de septiembre.
Las medidas que anuncia el Tribunal de Derechos Humanos europeo se refieren a la vulneración de derechos que el Convenio garantiza a los civiles y las obligaciones de los Estados con ese tratado europeo de derechos humanos.
Las medidas cautelares, recogidas en el artículo 39 del Reglamento del Tribunal de Estrasburgo, sólo se aplican de manera excepcional cuando los solicitantes están expuestos a una riesgo real de daño irreparable.
La Corte europea ya aceptó la semana pasada otra demanda cautelar de Armenia, esta vez contra Azerbaiyán para acabar con las acciones militares que puedan suponer violaciones de derechos de la población civil.
Así, pidió a ambos países que protejan los derechos a la vida y a la salud, y la prohibición de la tortura y los tratos inhumanos o degradantes.
Las repúblicas de Stalin
El territorio de Nagorno-Karabaj se encuentra dentro de Azerbaiyán y es un pequeño enclave de población armenia que quiere independizarse y formar parte del país vecino (Armenia). Con 140.000 habitantes, de los cuales el 90% hablan armenio, en 1991 se autoproclamaron como Estado independiente creando la República de Artsaj.
Para entender cómo comenzó todo este conflicto territorial hay que volver a 1918, cuando Stalin, con la creación de la URSS, ocupó la región caucásica y dividió el territorio en tres repúblicas socialistas: Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Como en muchos otros casos de la historia de la colonización, no se tuvo en cuenta las etnias y religiones que convivían en la zona. Así es como Nagorno-Karabaj se quedó dentro de Azerbaiyán a pesar de ser más afín a Armenia. Durante muchos años esta incómoda situación se mantuvo así sin querer llevar la contra a la cúpula soviética.
Pero cuando el imperio soviético empezó a flaquear, los habitantes de Nagorno-Karabaj comenzaron a manifestarse y Armenia, en un intento de ampliar su territorio, entró en una guerra con Azerbaiyán que duraría ocho años (1987-1994). Esta guerra se llevó por delante más de 30.000 vidas humanas y alrededor de un millón de desplazados.
A pesar de que la URSS intentó evitar esta anexión armenia, sus prioridades empezaban a concentrarse en sobrevivir. Así es como el régimen soviético se fue desinflando sin poder ejercer ningún tipo de influencia. En 1991 la región de Nagorno-Karabaj se autoproclama independiente creando la República de Artsaj. Este nuevo Estado comparte administración y bancos con el país armenio que, además, durante la guerra ganó terreno azerí rodeando la zona este del país recién autoproclamado.
La guerra acabó con los azerbaiyanos como grandes perdedores ya que, de repente, se encontraron con un 20% de su país invadido por Armenia y una república independiente proclamada sin su consentimiento. Alrededor de unos 800.000 azeríes tuvieron que abandonar la zona ocupada tras la guerra.
Este Estado no ha sido reconocido por ningún país de las Naciones Unidas, pero las actividades diplomáticas para reconocer la región han hecho (y siguen haciendo) grandes esfuerzos para conseguir sus objetivos. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha proclamado en distintas ocasiones que “sus mayores enemigos son los armenios” y no ha dado ningún signo de querer resolver este conflicto del que se sienten víctimas históricas.
En Madrid, en 2009, se hizo un intento de avivar la resolución del conflicto en el que se propusieron tres líneas para relajar las tensiones: primero, los habitantes de Artsaj podrían decidir si ser de Armenia o de Azerbaiyán. El segundo punto instaba al Ejército armenio a retirarse de la región ocupada al sureste de Nagorno-Karabaj. Y, por último, Azerbaiyán garantizaría un corredor humanitario para todos los que quieran salir de Artsaj hacia Armenia.
Estas conversaciones quedaron en saco roto ya que ninguno de los dos países estaba dispuesto a renunciar al territorio de Nagorno-Karabaj. Las tensiones se han ido acumulando hasta ahora, que han vuelto a reanudar el enfrentamiento militar dejando decenas de heridos, según informan fuentes de los Ministerios de Densa de ambos bandos.