Turquía y Rusia vuelven la mirada a Nagorno-Karabaj
Las potencias internacionales más implicadas históricamente en el conflicto caucásico de Nagorno-Karabaj, Turquía y Rusia, se vuelven a ver las caras tras sus encontronazos en Siria y Libia. El conflicto territorial entre Armenia y Azerbaiyán estalló de nuevo este fin de semana con enfrentamientos directos en la frontera de la autodeterminada República de Artsaj.
El viernes pasado se publicaban varios tuits acusando al Gobierno turco de mover milicianos del norte de Siria y Libia hacia Azerbaiyán, pero nadie sabía el motivo ni la razón de este traslado. Se sabe que el apoyo de Turquía a los azeríes viene siendo histórico por motivos étnicos y religiosos. Después de esta noticia, concretamente el domingo, armenios y azeríes volvieron a desenfundar las armas dejando al menos 30 soldados muertos.
Como respuesta a estos rumores, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia acusó a Turquía de participar sobre el terreno en las hostilidades. “Junto con los azerbaiyanos combaten especialistas militares turcos, que usan armamento turco, incluido drones y aviones de combate», señaló la Cancillería armenia en un comunicado.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se hizo eco de estos rumores sin confirmarlos ni negarlos. Por su parte, explicó que «Armenia debería abandonar de inmediato el territorio ocupado. Esto llevaría a la paz, toda otra opción sería seguir malcriando a Armenia», añadió el mandatario turco recordando que la región de Nagorno-Karabaj, de facto controlada por Armenia desde 1994, es territorio azerí.
Rusia tampoco ha tardado en pronunciarse, el lunes declaró que estaban en pleno contacto con Turquía debido a esta escalada de tensiones, sobre todo después de las acusaciones de intervención turca en la zona. Cabe recordar que ambos países tienen presencia militar en los Estados implicados. Moscú tiene una base militar en Armenia y Ankara es el principal aliado de Azerbaiyán.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en declaraciones a la prensa local, llamó a Ereván y Bakú a la «contención máxima» y el abandono de todos los pasos que puedan llevar a una mayor escalada de la situación. Así mismo, recordó que Rusia, como miembro del Grupo de Minsk para el arreglo en Nagorno-Karabaj, está dispuesta a utilizar su «buena relación» con ambas partes del conflicto para mediar.
Nagorno-Karabaj es un territorio que se encuentra dentro de las fronteras de Azerbaiyán, tiene 140.000 habitantes y el 90% de la población habla armenio. Armenia defiende que, históricamente, este pedazo de territorio les pertenece. Pero al determinar las fronteras durante la etapa de la URSS (1918), Stalin no pensó en ellos y les dejó fuera de su frontera natural.
Después de una larga guerra (1987-1994) que dejó 30.000 muertos y más de 1 millón de desplazados, el territorio de Nagorno-Karabaj se autoproclamó como la República independiente de Artsaj. Aunque no les reconoce ningún Estado de las Naciones Unidas tienen el apoyo de Armenia, que ha entrado a controlar los alrededores de Nagorno-Karabaj ocupando un 20% de territorio de Azerbaiyán.
Ni la creación del Grupo de Minsk en 1994, para mediar entre las partes enfrentadas, ni las conversaciones de paz de Madrid en 2009, en las que se intentaron fijar tres pasos para llegar a un acuerdo, han servido de nada. Ahora en 2020, en plena pandemia mundial, el conflicto se reanuda con más tensiones que nunca, sobre todo con la intervención velada de los ya rivales Erdogan y Putin.
Los combates en la zona azerí ocupada por Armenia ya se han cobrado decenas de víctimas entre civiles y militares; el lunes han continuado los enfrentamientos y, según la agencia EFE, tanto Armenia como Azerbaiyán ofrecen versiones encontradas sobre los sucesos en terreno.
“¿Quién empezó primero?” es una pregunta que ha quedado en el aire. Lo que sí parece es que Azerbaiyán está intentando recuperar el territorio ocupado por Armenia. Y lo está consiguiendo, al menos así lo declaraban al describir el avance sobre el territorio en los últimos partes bélicos.
Esta noche han continuado los intensos enfrentamientos armados. Las fuerzas armenias, «para recuperar posiciones perdidas hicieron varios intentos de contraataques» en la zona de Fizuli-Jabrayil y Agdera-Terter, añadió el Ministerio de Defensa azerbaiyano en un comunicado. Armenia, a su vez, indicó que «continúan batallas de diferente intensidad».
Las fuerzas de Nagorno-Karabaj confirmaron hasta ahora la muerte de, al menos, 59 militares en los ataques de las fuerzas azerbaiyanas. Bakú, a su vez, por el momento no ha ofrecido información oficial sobre el número de las bajas militares en la región durante la escalada que comenzó este domingo.
Erdogan ha acusado al Grupo de Minsk, encabezado por Rusia, Estados Unidos y Francia, de «no solo no resolver el problema en 30 años, sino de hacer lo posible para no resolverlo», anunciaba ayer en una entrevista en televisión.
Ambos países piden un alto al fuego mientras preparan su material militar para intervenir en caso de que sea necesario. Esta Guerra Fría caucásica está afectando a los ciudadanos azeríes y armenios que desde el pasado fin de semana viven con la ley marcial y cortes de internet constantes.
Por su parte, el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, ha declarado que «Armenia debe detener sus ataques de inmediato y enviar de vuelta a los mercenarios y terroristas que llegaron del extranjero», sin especificar a quiénes se refería y obviando los rumores del viernes sobre sus propios milicianos en el país.
El ministro ha aprovechado para criticar a la Unión Europea y a Estados Unidos que, ayer, hicieron sendas declaraciones pidiendo un alto el fuego en la zona. «¿Dónde han estado durante 30 años los que ahora piden un alto el fuego inmediato, diálogo y vías pacíficas?», se preguntaba el ministro.