Conflicto en el Cáucaso

Azerbaiyán y Armenia se enfrentan de nuevo con Turquía de por medio

Azerbaiyán y Armenia se enfrentan de nuevo con Turquía de por medio
Un mercenario sirio a las órdenes de Turquía en Idlib (Siria).

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) ha confirmado la presencia de los milicianos turcos en suelo azerí durante los enfrentamientos en los que al menos 30 personas han perdido la vida.

Los viejos fantasmas del pasado vuelven al Cáucaso. La escalada de tensión en Nagorno-Karabaj, Azerbaiyán, ha estallado por completo. Tras los rumores del viernes pasado de que un grupo de mercenarios turcos habían sido trasladados desde Libia y Siria hacia el país azerí han sido confirmadas.

El domingo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) reveló que un grupo de mercenarios sirios de facciones respaldadas por Turquía aterrizó en Azerbaiyán. Estas mismas personas, antes de llegar a Turquía habían estado ubicados en el noroeste de Alepo, en la ciudad de Afrin.

El observatorio sirio señaló que varias de sus fuentes han confirmado que se está preparando otro lote de mercenarios para ser enviado a Azerbaiyán próximamente. “Estos movimientos forman parte de la política de Turquía de convertir a los combatientes sirios en mercenarios”, denuncia el SOHR.

A finales de la semana pasada nadie podría confirmar esta información. Pero el SOHR pudo contabilizar más de 300 combatientes de facciones sirias respaldadas por Turquía siendo trasladadas desde distintas aldeas hasta Afrin. La mayoría de los milicianos pertenecían a facciones como al de «Sultan Murad» y «Al-Amshat”.

Los mismos combatientes dijeron al SOHR que fueron llevados a Azerbaiyán para proteger la frontera del estado a cambio de salarios de 1.500 a 2.000 dólares. Sin embargo, SOHR no ha podido verificar si el destino de los mercenarios sería Azerbaiyán, Libia o algún otro lugar.

Ley marcial  

Durante los últimos meses se ha vivido una escalada de tensión sin precedentes, aunque la zona siempre ha sido un punto caliente entre ambos países. Desde el alto el fuego en 1994, Armenia controla un 20% de territorio azerí que rodea la región de Nagorno-Karabaj, autoproclamado como República Independiente de Artsaj en 1991 (ningún país de la ONU ha reconocido este Estado).

Azerbaiyán quiere recuperar el control del territorio, tanto de Nagorno-Karabaj como de la zona ocupada por Armenia y para ello tiene el apoyo de Turquía. Por otra parte, Armenia ha tenido el apoyo velado de Rusia, que todavía no se ha proclamado ante la ruptura del alto el fuego del pasado fin de semana.

Al menos 31 militares de la República independiente de Artsaj han muerto desde el domingo como resultado de los enfrentamientos Armenia y Azerbaiyán en esta región fronteriza. El presidente de Nagorno Karabaj, Arayik Harutyunyan, comunicó el domingo a través de su página de Facebook que «decenas» de militares fallecieron, o resultaron heridos. «Hay decenas de heridos entre la población civil, y también hay muertos», añadió el dirigente.

Harutyunyan comunicó que Azerbaiyán había utilizado en el ataque «cazas turcos F-16», que habían llegado al país «hace un mes» con el pretexto de participar en unas maniobras militares.

Si bien Harutyunyan no precisó el número de militares muertos en un primer momento, el Ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj ha ido actualizando a lo largo de la noche del domingo el número de bajas, publicando la identidad de los soldados fallecidos, según ha publicado la prensa armenia.

Como la crónica de una muerte anunciada, este enfrentamiento se veía venir horas antes, ya que tanto las autoridades de Nagorno Karabaj como el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, decretaron la ley marcial y una movilización general.

«El régimen autoritario del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha retomado las hostilidades”, declaraba el presidente de Armenia, dijo Pashinyan.

La pregunta de quién empezó primero ha quedado en el aire. Por su parte, Azerbaiyán ha informado este domingo de ataques del Ejército armenio contra sus instalaciones militares en la región, así como contra civiles, aunque no ha determinado el número de bajas y heridos todavía.

Historial de enfrentamientos

El último gran episodio de violencia en Nagorno-Karabaj tuvo lugar en 2016. Bakú y Ereván se enfrentaron en una guerra de cuatro días que comenzó el 2 de abril con la muerte de un soldado armenio como detonante. Más de 300 personas murieron.

Las partes accedieron a silenciar las armas tras una serie de negociaciones en Moscú, pero los enfrentamientos han seguido de forma esporádica. El pasado mes de julio, hubo combates en la zona que separa la región azerí de Tovuz de la provincia armenia de Tavush, cerca de Georgia, a varios cientos de kilómetros de Nagorno-Karabaj.

Turquía, claramente posicionada con Azerbaiyán en este conflicto, ha aprovechado los recientes acontecimientos para señalar a «las provocadoras agresiones de Armenia» como «el mayor obstáculo para la paz y la estabilidad en el Cáucaso».

«Debido a que Azerbaiyán y las fuerzas militares de etnia armenia están posicionadas la una junto a la otra y apenas tienen comunicación, hay un alto riesgo de que una acción militar involuntaria derive en un conflicto», explicaba el Council of Foreign Relations (CFR) en un reciente informe.

En este sentido, el ‘think tank’ explica que «las dos partes tienen intereses políticos domésticos que podrían llevar a sus respectivos líderes a lanzar un ataque», a lo que se suma que «Rusia ha prometido defender a Armenia, Turquía ha dado apoyo a Azerbaiyán e Irán, que tiene una gran minoría azerí, podría implicarse».

Un conflicto territorial

Armenia y Azerbaiyán se disputan este territorio (de mayoría étnica armenia) desde principios del siglo pasado, pero fue tras la caída de la Unión Soviética cuando tuvo lugar una guerra entre ambos países entre 1991 y 1994.

Aproximadamente 30.000 personas murieron antes de que se decretara un alto el fuego en 1994, que desde entonces se ha roto de forma intermitente. Después del alto al fuego, Armenia, que apoya el derecho a la autodeterminación de Nagorno Karabaj, se hizo con el control ocupando algunos territorios de Azerbaiyán (que representan un 20% del territorio del país), que supedita cualquier cese de las hostilidades a la devolución de estas zonas.

Para buscar una solución negociada al conflicto, se configuró en 1994 el llamado Grupo de Minsk (Bielorrusia), copresidido por Estados Unidos, Rusia y Francia. Este grupo incluye, además, a Alemania, Bielorrusia, Finlandia, Italia, Suecia y Turquía, así como a Armenia y Azerbaiyán, y a la dirección de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

En dos ocasiones ha habido posibilidades de firmar la paz. Una de ellas en Madrid en 2009, donde ambas partes acordaron tres puntos: que los habitantes de Nagorno-Karabaj pudieran decidir si ser de Armenia o de Azerbaiyán, que el Ejército armenio retrocedieses a sus fronteras y dejara de controlar los alrededores de la república de Artsaj y, por último, que Azerbaiyán garantizaría un corredor entre Nagorno-Karabaj y Armenia.

Pero estos tres puntos se quedaron en saco roto hasta este año, 2020, cuando se ha celebrado la Conferencia de Seguridad de Munich en febrero. Ahí fue la primera vez que el primer ministro armenio Niko Pashinyan y el presidente azerí Ilham Aliyev se dejaron ver juntos en público y debatieron acerca de la pertenencia histórica a un territorio u otro.

Durante esta conferencia les dio tiempo a verse en privado y debatir acerca del futuro de la región. Nunca declararon ante los medios que se avecinara una escala de hostilidades como la que ha ocurrido este  fin de semana, pero parece que el conflicto vuelve a reavivarse y países externos como Turquía no van a perder la oportunidad de apoyar a sus aliados.

 

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