La hija de Payá denuncia que los pésames a la muerte de Fidel alimentan la impunidad de la dictadura

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Rosa María Payá, hija del opositor cubano fallecido Oswaldo Payá.

Las reacciones mundiales a la muerte del sanguinario dictador cubano Fidel Castro han dolido infinito en las filas de la oposición democrática. Pocos se han atrevido a calificar al tirano como lo que fue, dominando con mano de hierro a su pueblo, asesinando, encarcelando y persiguiendo, además de empobreciendo a los cubanos. Así, las condolencias que la comunidad internacional ha presentado al Gobierno cubano han supuesto, para Rosa María Payá, hija del opositor Oswaldo Payá, un «muro de silencio cómplice» que contribuye a alimentar la impunidad del régimen.

Payá murió en un supuesto accidente de tráfico en una carretera interior de la isla en julio de 2012, por el que el político español Ángel Carromero fue acusado de dos homicidios por imprudencia, a pesar de que las versiones que no eran la de la dictadura coincidían en que un coche del servicio secreto del régimen los sacó de la vía hasta hacerlos colisionar con un árbol. Nunca se ha aclarado cuándo ni cómo murieron Payá y Harold Cepero, el otro disidente que viajaba en el automóvil.

En un análisis para la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside José María Aznar, Payá advierte de que la represión del régimen contra la oposición «arreció unas horas después de la noticia de la muerte de Castro» y a día de hoy «son decenas las denuncias de acoso, detenciones arbitrarias o golpizas».

Entre los casos más preocupantes, se refiere a la violenta detención de Eduardo Cardet, del Movimiento Cristiano Liberación, el 30 de noviembre, o al arresto de Danilo El Sexto Maldonado Machado, promotor de la campaña Cuba Decide y reconocido artista plástico, que sigue preso sin cargos y en huelga de hambre.

Y mientras se recrudece la represión contra la oposición, «presidentes en funciones, legisladores electos y hasta prestigiosos líderes religiosos internacionales envían sus condolencias al castrismo, sin mencionar a sus víctimas», denuncia Payá.

«Imaginemos por un segundo si todos esos condolidos personajes, desde Justin Trudeau hasta Michelle Bachelet, fueran igual de elocuentes en rechazar la represión gubernamental en Cuba y apoyar los derechos humanos de los cubanos», desliza. «Imaginemos que Mariano Rajoy no sólo reconociera la figura de ‘calado histórico’ que acaba de fallecer, sino que también con todas las pruebas que el gobierno español posee, decidiera solicitar al gobierno cubano acceso a la evidencia y una investigación independiente sobre el asesinato de mi padre, quien es ciudadano español», añade.

Dudas sobre la versión oficial

La familia de Payá cuestiona la versión oficial de la muerte de Oswaldo Payá. Ha pedido sin éxito una investigación independiente sobre lo sucedido, dado que la familia nunca tuvo acceso a la autopsia de Oswaldo y además unos primeros testimonios implicaban a otro coche en el accidente.

«Imaginemos lo distintas que podrían ser las cosas si los cubanos opositores que luchan dentro y fuera de la isla obtuvieran de sus supuestos pares democráticos la solidaridad coherente con una causa que nunca ha sido partidista sino esencialmente humana», insiste la hija de la víctima.

Desde la iniciativa popular Cuba Decide, Rosa María Payá lucha por conseguir cambiar la «tiranía» castrista por un «sistema plural y democrático» a través de la celebración de un plebiscito vinculante en la isla.

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