Biden no podrá seguir presionando a las redes sociales para censurar a los escépticos del COVID-19
El Gobierno "probablemente violó la Primera Enmienda" al interferir en la libertad de expresión de los usuarios de plataformas como Facebook o X
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El Gobierno de Biden no podrá seguir presionando a las redes sociales para censurar a los escépticos del COVID-19, según un tribunal federal de apelaciones en Estados Unidos. La sentencia, emitida a principios de este mes, se basa en que el Gobierno «probablemente violó la Primera Enmienda» al interferir en la libertad de expresión de los usuarios de plataformas como Facebook o X (antes Twitter).
Entre los afectados por la censura se encuentra el Dr. Jay Bhattacharya, epidemiólogo de la Universidad Stanford y coautor de la Declaración de Great Barrington, que propuso una «protección con enfoque» en lugar de restricciones pandémicos globales como las que se aprobaron en España por parte del Gobierno de Sánchez. Bhattacharya ha celebrado el fallo y ha señalado que ha sido un triunfo de la democracia de ideas.
«Simplemente actuamos como científicos, pero fuimos de inmediato censurados», afirma Bhattacharya, director del Centro de Demografía y Economía de la Salud y el Envejecimiento de Stanford. «Google nos borró. Nuestra página de Facebook fue eliminada. Todo fue una locura».
«Lo que hizo el gobierno federal fue muy grave: estaba diciendo a las redes sociales que nos censuraran junto con millones de publicaciones de innumerables personas que criticaban la política gubernamental frente al COVID”, añadió.
El fallo de principios de este mes que supuso un revés absoluto para la administración Biden se basó en que el Gobierno de EEUU «probablemente violó la Primera Enmienda» al violar la libertad de expresión de los usuarios de plataformas como Facebook o X (antes Twitter).
El tribunal ordenó que la administración Biden y otras agencias federales «no deben tomar medidas, formales o informales, directa o indirectamente» para obligar a las redes sociales a «eliminar, suprimir o reducir» la libertad de expresión de los ciudadanos.
La sentencia inicial conocida en julio fue emitida por el juez de distrito Terry A. Doughty, en respuesta a una demanda del entonces fiscal general Eric Schmitt y otros demandantes. Entre los contenidos que el Gobierno intentó silenciar se encontraban el origen del coronavirus, el supuesto fraude en las elecciones de 2020 y la polémica del portátil de Hunter Biden, el hijo del presidente.
Posteriormente, el Tribunal de Apelación del 5º Circuito en Nueva Orleans, modificó algunas partes del fallo de Doughty, al considerar que eran demasiado extensivas. Por ejemplo, eliminó la prohibición de que altos funcionarios se comuniquen y reúnan con directivos de redes sociales, y excluyó a algunas entidades gubernamentales, como el Departamento de Estado, de cualquier prohibición.
Sin embargo, sí tribunal mantuvo los prohibiciones para la Casa Blanca, la oficina del asesor médico jefe del presidente de los Estados Unidos o los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) y el FBI (Oficina Federal de Investigación). A este último también lo acusó de coaccionar a las tecnológicas para que quitaran contenidos de sus redes, aprovechándose de su «autoridad sobre las plataformas».
Cronología de lo ocurrido
Hace dos años, el entonces director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Francis Collins, pidió una «derrota rápida y devastadora» de Bhattacharya y sus colegas a quienes Collins apodó «epidemiólogos de pacotilla», en un correo electrónico a Anthony Fauci, el Fernando Simón de los EEUU.
Revelaciones posteriores de los llamados Archivos de Twitter de Elon Musk -documentos internos y comunicaciones publicados por Musk, después de comprar la plataforma, para exponer el funcionamiento interno de Twitter- demostraron que el perfil de Bhattachrya estaba siendo bloqueado en la plataforma.
«Es similar a los esfuerzos de los gobiernos por censurar la imprenta cuando fue inventada, cuando los libros representaban una enorme amenaza para el poder», manifiesta Bhattacharya, refiriéndose a los esfuerzos de los dirigentes políticos de hace unos siglos para frenar la publicación de libros.
«Actualmente se está librando una lucha análoga con las redes sociales, que hace que sea mucho más fácil para cualquiera expresar sus ideas, y las personas muy poderosas lo encuentran increíblemente amenazador».