Estados Unidos

Anulan el caso contra Trump por los documentos clasificados: el nombramiento del fiscal fue «ilegal»

La jueza ha desestimado el caso alegando que el nombramiento de Jack Smith "violó la Constitución"

Trump Cohen, documentos clasificados
Donald Trump (Foto: Europa Press).
Paula M. Gonzálvez

La jueza encargada del caso contra Donald Trump por negligencia en el uso de documentos clasificados ha desestimado este lunes la acusación en contra del ex presidente de Estados Unidos. La magistrada Aileen Cannon alega en el auto que el nombramiento del fiscal especial Jack Smith fue «inconstitucional» e «ilegal». La decisión de la jueza se ha producido justo el mismo día en el que comienza la Convención Nacional Republicana en Milwaukee (Wisconsin), en la que participa el líder republicano para certificar su candidatura a la Casa Blanca.

Donald Trump se declaró no culpable de los cargos que se le imputaron, más de una treintena, en el caso sobre los documentos confidenciales. Estos se hallaron en la residencia del magnate de Mar-a-Lago, en el estado de Florida, cuando el republicano ya había salido de la Casa Blanca, por lo que se habría llevado esos archivos clasificados de la residencia presidencial sin permiso, cuando la abandonó en enero de 2021. Almacenó cajas con documentos en diferentes estancias de de Mar-a-Lago, entre ellas el dormitorio, una de sus oficinas, el baño e incluso la ducha.

Los cargos por los que se le investigaban iban desde la conspiración con el fin de obstruir la justicia hasta la retención deliberada de información de defensa nacional. La magistrada ha determinado en un fallo de 93 páginas que el nombramiento de Smith «violó la Constitución» porque no lo hizo el presidente, sino el fiscal general, y tampoco lo había confirmado el Senado.

La resolución de la jueza Aileen Cannon deja lugar a recurso, y todo apunta a que el fiscal presentará la apelación ante un tribunal superior, que son los mismos que han rechazado anteriores decisiones de la jueza y, por tanto, han fallado en contra del ex presidente Donald Trump.

Fue el 8 de agosto de 2022 cuando los agentes del FBI efectuaron el registro de la mansión del ex presidente de Estados Unidos en Florida y lo que dio lugar a que estallara el caso de los documentos clasificados tras localizar más de 300 de ellos en la residencia de Mar-a-Lago. Sin embargo, no fue hasta casi un año después, en junio de 2023, cuando se le imputaron esa treintena de delitos de manera formal.

Esos documentos hallados pertenecen, de acuerdo a la legalidad, a los Archivos Nacionales, al igual que los de cualquier mandatario cuando sale del cargo. Trump rechazó devolverlos a las autoridades cuando se los solicitaron -en reiteradas ocasiones-, por lo que finalmente se procedió a registrar la residencia de Florida. El republicano también está acusado de mostrar esta resistencia a devolverlos.

La imputación convirtió a Donald Trump en el primer ex presidente acusado de cargos federales, un título que revalidaba dado que fue también el primero en ser acusado penalmente -por el caso del presunto soborno a la actriz de cine porno Stormy Daniels-.

El candidato republicano echó balones fuera y apuntó directamente a su rival en las elecciones, Joe Biden, del que dijo que «tiene 1.850 cajas en la Universidad de Delaware, cajas adicionales en Chinatown, Washington e incluso más cajas en la Universidad de Pensilvania, y documentos esparcidos por todo el suelo del garaje donde estaciona su Corvette, y que está protegido solo por una puerta de garaje delgada como el papel y abierta la mayor parte del tiempo».

Intento de magnicidio

La noticia coincide, a su vez, con el relato de Donald Trump sobre cómo vivió el atentado del sábado, en el que un joven de 20 años intentó acabar con su vida. El magnate se ha mostrado tan consciente como el resto del mundo de que se convirtió en el protagonista de una foto que ya es histórica, la que tomó uno de los jefes de la agencia Associated Press, Evan Vucci, en la que se le puede ver inmediatamente después del intento de magnicidio que sufrió durante un mitin en Pensilvania. «Mucha gente dice que es la foto más emblemática que han visto jamás. Tienen razón y no morí. Normalmente hay que morir para tener una foto emblemática», ha declarado el candidato republicano.

El ex mandatario ha reconocido que «se supone» que debería «estar muerto» tras el suceso que ha tildado de «experiencia muy surrealista» que habría acabado con su vida, ha subrayado, si no hubiera girado la cabeza ligeramente hacia la derecha, un movimiento que hizo para leer un cartel.

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