Cómo redactar una carta de presentación para un trabajo

Postularnos para un empleo, sobre todo cuando se trata de uno de los primeros, es una tarea compleja. Sumado a la inexperiencia que tenemos, muchas veces nos encontramos con que no sabemos cuáles son los aspectos acerca de nuestra trayectoria, habilidades y personalidad que los encargados de designar a los aspirantes para un puesto tienen en cuenta. Es importante saber redactar una carta de presentación para un trabajo.

Una de las claves para alcanzar esa posición deseada pasa, en ocasiones, por saber presentarse bien. Como explicar todo lo que quisiéramos dependerá de llamar la atención en un inicio, accediendo entonces a una cita más profunda, debemos enfocarnos primero en ofrecer una carta de presentación que resuma lo importante y nos represente.

Qué tener en cuenta en una carta de presentación para un trabajo

Como cualquier documento en el ámbito del trabajo, esta carta debe ser formal, usando un lenguaje profesional, que destaque tus conocimientos en la materia en la que estás formado. Tampoco puedes irte por las ramas, porque las cartas extensas serán descartadas ya que demuestran que el interesado no puede resumir su historial.

Lo ideal es que puedas concentrar toda la información relevante en tres o cuatro puntos clave. Primero lo indicado a tus datos personales, como edad, estado civil, domicilio y teléfono, para que te contacten si les atraes.

Por supuesto, antes que esto no olvides presentarte amablemente, con un cordial saludo, señalando a quién te diriges.

Seguimos en el siguiente párrafo. Esta parte estará destinada a nombrar las mejores cualidades, aquellas que encajan con el puesto y que realmente nos convierten en el candidato adecuado. Nos vamos a vender de tal forma que conseguiremos que el primer párrafo de explicación y el segundo conecten a la perfección. Debe ser fácil de leer y con todo lo mejor de nosotros mismos descrito, sin faltas de ortografía.

Acto seguido, debes enfocarte en lo que hayas hecho, mucho o poco, indicando por encima de lo demás tus ocupaciones recientes, o las más cercanas al puesto al que estás postulándote ahora. El orden cronológico cansa y en algunos casos no tiene sentido.

A la hora de cerrar esta carta siempre es mejor lanzar un pequeño deseo. Continuar con el proceso de selección o pedir una respuesta para poder exponer personalmente todas estas capacidades y cualidades. Un pequeño cumplido alabando la empresa puede ser el final de la carta de presentación perfecta.

Por último, tienes que explicarle al encargado de Recursos Humanos de la firma o Administración que te interesa, cuáles son tus inquietudes respecto al empleo y por qué quieres estar en el mismo. Si te atreves, argumenta por qué serías la mejor elección.

Para finalizar, despídete quedando a su entera disposición, y agradeciendo la oportunidad.