El trono del papado de Benedicto IX se vendió
Entre las curiosidades de la historia de la Iglesia, está el conocido trono del papado de Benedicto IX, que se vendió. Aquí te contamos más.
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Se cree que el papa Benedicto IX, que tenía como nombre secular Teofilacto, era un joven de 20 años cuando consiguió su primer papado en el año 1032. El camino al trono se logró gracias al nepotismo, porque fue sobrino de los papas Juan XIX y Benedicto VIII, quienes los sentaron en el pontificio.
Los tíos de Benedicto IX junto a él no llegaron a resaltar demasiado en su labor. El papa Silvestre II falleció en el año 1003 y había dejado unas expectativas muy altas, si se le comparaba con otros personajes que también ocuparon el papado. Unos 8 papas lo sucedieron en un período de 45 años, pero la corrupción y el oportunismo los alejaban de los objetivos reales de ser el sumo pontífice. Y uno de los papas más controvertidos fue Benedicto IX, quien ocupó 3 veces el trono en años distintos.
El poder tambaleaba sobre el trono
Aunque Benedicto IX llegó al papado bajo elecciones, no hubo ni un solo voto en contra. Durante la primera década en el trono no se presentaron mayores contratiempos, al menos no escritos en la historia. Sin embargo, se sabe que la familia Crescencio, quienes tuvieron durante siglos el control de Roma y también compartían linaje con el papa Benedicto IX, lo expulsaron de la ciudad.
Como sucesor, los Crescencio ponticaron en enero de 1045 a Giovanni dei Crescenzi Ottaviani y lo llamaron Silvestre III. Por su parte, Teofilacto, tuvo que huir. ¿La razón? El padre de él había muerto y ya no contaba con su protección como parte de la familia Spoleto.
El predecesor del nuevo papa no tenía intenciones de quedarse con las manos cruzadas. Durante los meses siguientes se preparó para retomar el trono. Esta vez, sí lucharía respaldado con apoyo suficiente como para sacar con armas a Silvestre III en abril de 1045.
Abdicó por una pequeña fortuna
Benedicto IX fue el primer papa en abandonar el pontificado sin llegar al encuentro con San Pedro. Después de él, pocos le siguieron la huella. Su decisión llegó apenas 3 meses después de retomar el trono. Esto causó una convulsión dentro de la iglesia católica, porque, además, convertirlo de nuevo en el sumo pontífice significó un gasto importante. Lo que obligó a vender el trono a Giovanni Graciano Pierleoni por 1500 libras para convertirse en el papa Gregorio VI.
Sin embargo, su lugar sería ocupado por Sudiger de Morsleben y Hornburg, un obispo alemán que resultó más confiable para el emperador Enrique III. Entonces, llega el papa 149 nombrado Clemente II.
Por su parte, Teofilacto revoloteaba alrededor del trono nuevamente para el año 1047. Reúne un nuevo apoyo y retoma las armas a por el pontificado, destituyendo a Clemente II y convirtiéndose por tercera y última vez en Benedicto IX. Su presencia ya no era apreciada para la iglesia católica, por lo que dura muy poco en el trono y en 1048 se retira a una vida monarcal para fallecer el 18 de septiembre de 1055 en Grottaferrata.
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