¿Qué era la cloaca máxima en Roma?

La cloaca máxima, también llamada «la alcantarilla mayor», era una red de alcantarillado que fue construida en la antigua Roma con el propósito de drenar los pantanos locales y eliminar los desperdicios de la ciudad. Las cloacas de la cultura romana constituyen uno de los principales puntos de partida de los sistemas modernos para hacer frente con las aguas residuales. De hecho, resulta sorprendente cómo los antiguos romanos fueron capaces de idear un sistema tan complejo, tomando en cuenta los pocos medios que disponían en aquella época.

¿Qué es una cloaca máxima?

La cloaca máxima era un canal a cielo abierto que recogía las aguas que procedían de las colinas cercanas y de la planicie del Foro romano. En concreto, dicho canal llevaba las aguas residuales a un afluente del río Tíber, el cual corría a la par de la ciudad.

Debido a las exigencias de espacio en el centro de la ciudad, el canal fue cubierto progresivamente, sin embargo, ciertas partes más bajas del canal parecen haber sido originalmente excavadas por debajo del nivel del suelo.

Historia de las cloacas romanas

La construcción de la cloaca máxima en Roma comenzó alrededor del año 600 a. C. por órdenes del rey de Roma Lucio Tarquino Prisco. Sin embargo, se sabe que aquellas alcantarillas eran diferentes a las halladas actualmente, pues fluían a cielo abierto hacia el agua de los pantanos, que conducían al río Tíber.

Progresivamente, las alcantarillas fueron cubiertas con grandes bloques de piedra, transformándose así en una majestuosa red subterránea de alcantarillado de unos 600 m. de longitud, 6 de profundidad, 4 de ancho y 4 de alto.

La obra fue dirigida por ingenieros etruscos y realizada por una gran cantidad de obreros que, en su mayoría, eran esclavos o personas de los estratos más bajos.

¿Cómo era el funcionamiento de las cloacas romanas?

El funcionamiento de los drenajes de las cloacas romanas fue evolucionando siglo tras siglo. Según los hallazgos arqueológicos, en las propias cloacas romanas se encontraron huellas de distintos materiales y diferentes intentos de mejora.

En cualquier caso, el propósito no era otro que conseguir que las aguas residuales que provenían de los baños públicos se desviaran hacia las alcantarillas y de ahí fluyeran hasta un canal central, que se conectaba con un pantano, un arroyo o un río.

La principal característica de las antiguas cloacas romanas, en especial de la cloaca máxima, fue su estabilidad y resistencia. No sólo se conservó en muy buen estado durante el periodo imperial, sino que continuó funcionando mucho tiempo después.

Una de las razones por la que las alcantarillas no se obstruían ni colapsaban, era por el continuo abastecimiento de agua corriente procedente de los once acueductos que proporcionaron agua a Roma, en época imperial. Al canalizarse en el alcantarillado, el agua de la corriente ayudaba a desaparecer todas las inmundicias.

Curiosidades de la cloaca máxima en Roma

• La Cloaca máxima albergaba más de 15 tipologías de alcantarillado, según los hallazgos de un nuevo estudio arqueológico.
• Una antigua cisterna etrusca perteneciente a la Cárcel Mamertina (Tullianum), tenía un desagüe (agrandado más tarde) hacia la Cloaca Máxima. El mismo servía para evacuar la sangre de todos aquellos que eran sacrificados, similar a los que existían en altares y templos cercanos.
• Parte de la construcción de la cloaca máxima en Roma se puede observar frente a la iglesia de San Jorge en Velabro, al igual la bóveda, de 5 m. de diámetro, donde desagua al Tíber.
• La cloaca máxima romana era tan espaciosa que, según los expertos, podían circular dentro de ella dos carretas cargadas de heno. De hecho, se podía ir en barca en ella.
• El acceso principal a la Cloaca Máxima se encuentra junto a los restos de la Basílica Julia, frente al antiguo vicus Tuscus.
• En la actualidad, pueden hallarse cloacas del Imperio Romano en países como Italia, Francia, Inglaterra o España.

¿Cómo eran las aguas residuales en la antigua Roma?

En la antigua Roma, el sistema de alcantarillado era una maravilla de la ingeniería. Los romanos eran conscientes de la importancia de mantener limpias las calles y los edificios, por lo que se desarrolló un sofisticado sistema de drenaje que permitía la evacuación de las aguas residuales de manera eficiente.

Una de las principales características del sistema de alcantarillado romano era su extensión. Las cloacas se construyeron a lo largo y ancho de la ciudad, recogiendo las aguas residuales de las casas, baños públicos y fuentes para luego transportarlas fuera de la ciudad. Estaban construidas con una pendiente que permitía que el agua fluyera de manera natural, evitando así la acumulación de desechos y malos olores.

Desagües

Además, los romanos contaban con un sistema de desagües pluviales que evitaba inundaciones y facilitaba la limpieza de las calles. Estos desagües estaban conectados a las cloacas principales, permitiendo así una gestión integral de las aguas residuales y pluviales.

Higiene

Otro aspecto importante a tener en cuenta es la higiene personal en la antigua Roma. Los romanos eran grandes aficionados a los baños públicos, que no solo servían para la higiene, sino también como lugares de socialización y relajación. Estos baños contaban con sistemas de drenaje y ventilación que permitían una circulación constante de agua limpia, evitando así la acumulación de suciedad y malos olores.

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