El papel de la monarquía en la historia de España: de los reyes católicos a la actualidad
la monarquía ha sido una institución clave en la historia de España, desempeñando un papel fundamental en la configuración y el devenir del país
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La monarquía es la organización política de Gobierno y de Estado que se ha desarrollado en España a lo largo de su historia. Desde los reinos míticos de la antigüedad y la provincia romana en Hispania, hasta los reinados hispanovisigodos y los reinos Taifas en al-Ándalus, ya se habían adoptado formas de gobierno y de poder, de definición y estructura monárquicas en la Península Ibérica.
Sin embargo, no fue sino hasta que nacieron las principales Coronas españolas, las de Castilla y Aragón, con unos mismos monarcas, los Reyes Católicos, cuando se acuña el término de monarquía española. Esta forma de gobierno se ha ido reformando durante el nuevo régimen, con varios periodos de interrupción hasta el Reino actual.
Consolidación de la Monarquía Española: los Reyes Católicos
En el año 1469, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla contrajeron matrimonio, uniendo dinásticamente las Coronas españolas predominantes, las de Castilla y Aragón. Esta unión monárquica no sólo permitió la conquista del Reino de Navarra y la expulsión de los musulmanes, sino que dio origen a la Monarquía Española. En efecto, Isabel y Fernando fueron los primeros monarcas de Castilla y Aragón en ser llamados “Reyes de España”.
En plena Edad Moderna, los Reyes Católicos hicieron posible el descubrimiento del Nuevo Mundoy, a su vez, impulsaron el Derecho de Gentes, así como a una legislación indiana, el cual constituyó las bases del futuro Derecho Internacional.
Los grandes reinados de Carlos I y Felipe II
Después de que Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, fuese inhabilitada por su padre Fernando II de Aragón, Juana heredó también la Corona de Aragón y dada su incapacidad, su hijo Carlos se autoproclamó rey junto a ella. Fue de esta forma que Carlos I consolidó nuevamente la unión de ambas coronas, siendo llamado «rey Católico de las Españas».
Carlos I aprovechó todos los recursos de España para incorporar a sus dominios el Sacro Imperio Romano Germánico y, principalmente, los grandes Imperios y territorios americanos de México y Perú. Esto llevó a considerarle uno de los monarcas más famosos de la Historia Universal, pero también provocó que terminaran los movimientos que luchaban por las libertades de las ciudades alrededor de 1520.
El tiempo de Felipe II
A finales del siguiente siglo, Felipe II, Príncipe de Asturias desde 1528, accedió al trono por abdicación de su padre y se convirtió Rey de Inglaterra e Irlanda por vía matrimonial. Tras la crisis sucesoria en Portugal (1580), Felipe II logró unificar la península hispánica en el marco de una Monarquía común, al incorporar el Reino de Portugal a la Corona.
Este hecho representó el apogeo de la Monarquía Hispánica, la cual se mantuvo con Felipe III y Felipe IV, hasta mediados del siglo XVII. Después del periodo ilustrado del siglo XVIII, impulsado por los monarcas Felipe V, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV, la guerra contra los ejércitos de Napoleón Bonaparte entre 1808 y 1814 ocasionaron un periodo de inestabilidad política, económica y social.
Durante los siglos siguientes, la monarquía española continuó desempeñando un papel clave en la historia del país. Los Austrias, dinastía que sucedió a los Reyes Católicos, llevaron a España a su apogeo como potencia mundial, con los reinados de Carlos I y Felipe II. Sin embargo, también enfrentaron conflictos internos y externos, como las guerras de religión y la Guerra de Sucesión, que debilitaron la posición de la monarquía en Europa.
Siglo XVIII
En el siglo XVIII, la llegada de los Borbones al trono español supuso una nueva etapa en la historia de la monarquía. Con la llegada de la Ilustración, los monarcas borbones promovieron reformas políticas y económicas que modernizaron el país. Carlos III y su sucesor, Carlos IV, llevaron a España a un periodo de relativa estabilidad y prosperidad, aunque también enfrentaron la invasión napoleónica que desencadenó la Guerra de la Independencia.
Del Antiguo Régimen al Estado Liberal
La transición del Antiguo Régimen al Estado Liberal implicó un proceso de traslación de la titularidad de la soberanía del Rey hacia el pueblo. En dicho proceso, el monarca se afirmó como la máxima representación institucional y personal de la Nación soberana.
Tras la muerte de Fernando VII, se produjo un cambio político que culminó en la Constitución de 1837, con ella España pasó de estar regida por una monarquía absoluta a que la soberanía residiera en la Nación. Durante el siglo XIX, se produjeron varias guerras internas entre isabelinos y carlistas.
Una vez que Isabel II fue proclamada reina, España experimentó cambios de gran trascendencia económica, política y social. En efecto, se estableció sistemas monetario, hacendístico e institucional con el fin de impulsar un proceso de industrialización fundado en los grandes cambios en el sector del transporte y de las comunicaciones. También se creó una legislación que favoreció la creatividad y las iniciativas empresariales.
Alfonso XIII y las guerras
El periodo de la Restauración que nació con Alfonso XII finalizó en 1931 con la proclamación de la II República y el final del reinado de Alfonso XIII. Durante la Primera Guerra Mundial, la posición neutral de España favoreció el crecimiento económico fundado en la industrialización durante varios años.
En 1947, tras el final de la guerra civil española, y en plena dictadura, se estableció por Ley que España era un Estado constituido en Reino. En 1975, el Rey Don Juan Carlos I tuvo acceso a la Jefatura del Estado, lo que impulsó la Transición a un régimen democrático de libertades plenas y a un Estado social y de Derecho consagrado en la Constitución de 1978.
En la actualidad, la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria. La identidad final del actual Rey Felipe VI es la de jefe del Estado y representante máximo de la Nación, en la cual reside la soberanía. Entre sus funciones destacan la de árbitro y moderador del funcionamiento de las instituciones, sancionar y promulgar leyes, entre otras.
Conclusión
Desde los Reyes Católicos hasta la actualidad, los monarcas han sido testigos y protagonistas de importantes acontecimientos que han marcado la identidad y la historia de España. Su papel como símbolos de unidad y continuidad ha contribuido a la estabilidad y el desarrollo del país a lo largo de los siglos.
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