Hallazgo colosal: encuentran en la cueva más grande del mundo el fósil de un tiburón de 340 millones de años

Mammoth Cave (Cueva del Mamut) se sitúa en Kentucky y se extiende por más de 680 kilómetros, consolidándose como el sistema de cuevas más extenso del planeta. Este laberinto subterráneo impresiona por su magnitud y también por albergar secretos paleontológicos.
Recientemente, un equipo de paleontólogos descubrieron en sus profundidades una nueva especie de tiburón prehistórico, Clavusodens mcginnisi, que habitó los antiguos mares hace 340 millones de años, durante el período Carbonífero. Este hallazgo fue publicado en un comunicado de prensa del Parque Nacional de Kentucky.
El hallazgo de Clavusodens mcginnisi: una joya de 340 millones de años
La Cueva del Mamut ha sido objeto de exhaustivas investigaciones que han documentado más de 70 especies diferentes de peces ancestrales. No obstante, en las profundidades de la capa de roca caliza correspondiente al período Carbonífero, se hallaron dientes fosilizados que no correspondían con ningún tiburón conocido.
Este sorprendente descubrimiento tuvo lugar en la Formación Ste. Genevieve, una capa de rocas de aproximadamente 340 millones de años de antigüedad, compuesta por calizas y lutitas que se formaron en un antiguo arrecife oceánico.
Extraer estos restos implicó condiciones extremas, con los investigadores arrastrándose por pasajes angostos y extrayendo los fósiles directamente de los techos de las cavernas.
Así es Clavusodens mcginnisi, un tiburón enano
El nombre Clavusodens mcginnisi significa «uña de McGinnis», haciendo referencia a la peculiar morfología de sus dientes posteriores, que presentan coronas planas y bases alargadas, similares a antiguos clavos de hierro. Esta adaptación sugiere una dieta especializada que incluía crustáceos, gusanos y braquiópodos.
A pesar de medir entre 7 y 10 centímetros de longitud, este tiburón era un depredador formidable. Sus incisivos frontales afilados le permitían capturar presas, mientras que sus dientes traseros trituraban conchas y exoesqueletos.
El nombre de la especie rinde homenaje a David McGinnis, un naturalista y superintendente retirado del Servicio de Parques Nacionales que dedicó su carrera a preservar la Cueva del Mamut.
Implicaciones evolutivas de los tiburones
El descubrimiento de Clavusodens mcginnisi aporta piezas clave al rompecabezas de la evolución de los tiburones. Esta especie pertenece a un grupo poco conocido denominado Obruchevodidae (apodados «tiburones ardilla» por su pequeño tamaño), y es el representante más antiguo identificado hasta la fecha. Su hallazgo brinda información valiosa para entender la diversificación de los tiburones durante el Carbonífero.
Hasta hace poco, no se habían encontrado fósiles de tiburones en esta formación rocosa. Las investigaciones en la Cueva del Mamut no solo han identificado especies previamente conocidas, sino que también han revelado cuatro especies completamente nuevas, incluido este «tiburón de clavo».
La Cueva del Mamut se consolida como un invaluable reservorio paleontológico, capaz de preservar evidencias de ecosistemas marinos extintos desde hace cientos de millones de años. Cada descubrimiento en sus profundidades refuerza la importancia de continuar explorando este fascinante mundo subterráneo, que sigue revelando los secretos inauditos.
Gracias a las investigaciones en la Cueva del Mamut, no sólo se han documentado especies previamente identificadas, sino que han salido a la luz 4 especies completamente nuevas, incluyendo este intrigante tiburón.
«Los descubrimientos de fósiles en Mammoth Cave continúan revelando una gran cantidad de información nueva sobre las especies antiguas de tiburones», declaró el superintendente Barclay Trimble.