Después de 135 años, el ADN identifica a Jack el Destripador

Hace 135 años no existían las pruebas de ADN, por lo cual identificar a un asesino era una tarea muy difícil. Aunque en aquella época Scotland Yard recibió tres cartas supuestamente escritas por el asesino serial y llegó a investigar a casi 300 sospechosos, nunca se pudo conocer la verdadera identidad de Jack el Destripador. Desde 1988, cuando se cometió sus horribles crímenes, hasta la fecha, el mundo entero se pregunta quién fue realmente el asesino y destripador londinense.

¿Quién fue Jack el Destripador?

Jack el Destripador (Jack the Ripper) fue el nombre dado a un asesino en serie al que se le atribuyen al menos cinco homicidios, más otra media docena de presuntos crímenes, en el East End londinense, a mediados del siglo XIX.

Sin embargo, en una de las cartas que el asesino envió a la policía, confesó ser el responsable de 27 asesinatos.

La investigación policial no pudo esclarecer en el momento la identidad del asesino serial, aunque investigó a más de 300 sospechosos, como Francis Tumblety, Montague Druitt, Aaron Kosminski y Severin Klosowski.

La identidad de Jack el Destripador

Dos científicos ingleses pueden haber encontrado la respuesta sobre la identidad de Jack el Destripador a través del análisis de ADN, según un reporte publicado en la revista Journal of Forensic Sciences.

Si bien esta investigación no permite aún identificar de forma inequívoca al asesino en serie, parece confirmar una de las pistas exploradas por la policía.

Los análisis forenses se realizaron con una bufanda ensangrentada encontrada cerca de una víctima. El dueño resultó ser Aaron Kosminski, uno de los sospechosos de Scotland Yard.

Kosminski era un peluquero de nacionalidad polaca. Contaba con 23 años al momento del asesinato y falleció a los 53 años en un manicomio, donde fue internado después de atacar a su hermana con un cuchillo.

¿Pruebas insuficientes?

Las pruebas en contra de Kosminski habían sido consideradas insuficientes y, según los investigadores, la prueba de ADN tampoco puede considerarse concluyente, ya que no tiene una certeza del 100%.

La razón es que la muestra de ADN tomada de la bufanda fue comparada con el ADN de los descendientes del supuesto asesino.

Para los autores de esta investigación, el objetivo primario era saber si el ADN podría arrojar resultados satisfactorios después de 135 años. Y, ciertamente lo hizo. Si bien las pruebas no son contundentes, sería demasiada coincidencia que los resultados señalaran a uno de los principales sospechosos, Aaron Kosminski.

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