Historia

6 excentricidades de Dalí que deberías conocer

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Salvador Dalí

Salvador Dalí ha pasado a la historia como uno de los máximos exponentes del surrealismo mundial. El catalán nació el 11 de mayo de 1904 en Figueres, Gerona, y se convirtió con el tiempo en uno de los pintores más célebres y conocidos del panorama internacional tanto por su obra como por sus concepción del arte de vanguardia.

Pero Dalí también pasó a la historia como uno de los personajes más extravagantes y personales que ha dado la historia del arte. Repasamos algunas de sus excentricidades más curiosas.

La garrapata que se extirpó

Una de las historias más recordadas de Dalí fue aquél día que se extirpo de su piel lo que él creía que era una garrapata. El artista se miró al espejo mientras estaba en un hotel de París. De pronto se vio una marca que nunca había visto y decidió extirparla.

Creía que era una chinche o una garrapata. Lo cierto es que era una marca de nacimiento que siempre había estado allí.

Animales disecados

El artista catalán fue muy conocido por sus gustos artísticos, algunos de dudoso gusto. Era amante de las criaturas disecadas. Se pueden observar tanto en si casa de Portlligat como en el castillo de Púbol. En ellas predominan los animales extravagantes como un oso lleno de decoración o un caballo.

Una cabina 

El personaje de Dalí ha dado para muchas leyendas e historias que podrían andar entre la realidad y la ficción. Una de ellas es la que cuenta que Dalí se encaprichó por una cabina de  la calle. Sin mediar palabra la subió en su coche -no se sabe muy bien cómo- y se la llevó a casa.

Huevos decorativos

Cualquiera que se haya acercado mínimamente a conocer la vida de Dalí sabrá que los huevos eran una obsesión decorativa para el autor. Para el artistas el huevo era amor, vida, esperanza. Sus casas y rincones más queridos siempre tuvieron huevos como decoración.

Pasión por los Cadillacs

Los coches también eran una de las obsesiones más recurrentes de Salvador Dalí, pero un vehículo cualquiera. El artista sentía devoción por los Cadillacs a los que dedicó más de una escultura en su obra. En su castillo de Púbol descansa su coche personal: un Cadillac matriculado en Mónaco.

El ocelote

Junto con Gala, su esposa, el ocelote de Dalí también fue muy famoso y querido por el artista. En los hoteles donde se alojaban temblaban cada vez que llegaba el pintor ya que trabajaba en las mismas paredes del hotel y en el suelo.

Pero no solo eso, su ocelote caminaba libre por la habitación arañando cortinas, alfombras y muebles.

 

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