Un soltero de ‘First Dates’, obligado a parar los pies a su cita en plena velada: «Yo soy un caballero»
Manuel a Toñi: "No quiero un rollito"


Si hay algo que nos ha dejado claro el equipo de First Dates, a lo largo de estos casi diez años, es que el amor no entiende de edad. El popular formato de citas a ciegas se ha convertido en uno de los más vistos de la parrilla televisiva. Pues, cada vez son más los solteros que apuestan por conocer a su pareja potencialmente perfecta ahí. Por ello, recientemente, la audiencia tuvo la oportunidad de conocer a Toñi, una soltera de 77 años que se presentó como una comercial jubilada. «Era una adelantaba a mi época, al menos en algunas cosas, porque en lo sentimental sigo siendo conservadora», indicó en su presentación.
Respecto a su prototipo de hombre, la participante lo tuvo claro. «Que sepa lo que quiere y que no me haga perder el tiempo», comentó. Teniendo esto en cuenta, el equipo de First Dates le organizó una cita con Manuel, un empresario jubilado que volvía a repetir experiencia en el programa. Un primer encuentro entre los participantes que fue un poco contradictorio. «Físicamente, no me desagrada», comentó la soltera. El comensal, por su parte, fue directo al grano. «El tipo que ella tiene no encaja con mi criterio de la persona que debe formar una pareja conmigo», comentó en uno de los totales.
A pesar de todo, ambos participantes aceptaron seguir conociéndose, por lo que se trasladaron hasta su mesa en el restaurante del amor. Un intercambio de palabras donde poco tardó Manuel en hacerle saber que era divorciado. «Hubiera preferido un hombre viudo, pero bueno, yo también soy divorciada y no puedo exigir…», opinó ella en privado. Asimismo, Manuel no se anduvo con rodeos. Le dejó claro que buscaba a una mujer con la que convivir y compartir una vida en común. «No quiero un rollito», indicó seriamente.
«Yo no lo he tenido nunca. Si vengo aquí, es por lo mismo», le dijo Toñi. Ella, por su parte, pedía fidelidad. Un requisito que Manuel estuvo de acuerdo con darle. Pero, este ambiente tranquilo estuvo a punto de cambiar cuando la soltera le preguntó su edad. «¿Qué años tienes?», quiso saber. «Yo la edad nunca la digo», afirmaba el andaluz.
«Entonces, ¿por qué has preguntado la mía? No me la has preguntado, nada, nada», comentaba Toñi. «Perdone, yo soy un caballero. A una dama jamás se le pregunta la edad», respondió el comensal. Pero, conforme fue avanzando la cita, empezó a quedar claro que ambos eran de gustos muy diferentes. Un aspecto que no difirió a nivel sexual.
«Nos hemos criado y todo era pecado», explicaba Toñi. «Para mí nunca nada ha sido pecado siempre que se hiciera con honestidad y orden», respondió él. Pero, a pesar de las diferencias, ambos estuvieron de acuerdo en darse una segunda cita para poder conocerse mejor. De hecho, el participante invitó a la soltera su próximo viaje.
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