Una soltera de ‘First Dates’ mete la pata con Laura Boado tras un desafortunado comentario
Los nervios previos a su cita le pasaron factura a Rosa
El restaurante de First Dates ha vuelto a abrir sus puertas una noche más. El popular show de citas a ciegas se ha convertido en la opción ideal de muchos solteros a la hora de encontrar el amor. Por ello, Rosa no lo dudó dos veces y optó por vivir la experiencia de primera mano.
A nivel sentimental se considera una mujer muy «tradicional» y detallista. De hecho, y como prueba de ello, aterrizó en el restaurante con un vino para el hombre que se convertiría en su cita. Eso sí, antes de conocer a Alberto, fue recibida por Laura Boado.
Laura Boado, atónita ante la sinceridad de una soltera de #FirstDates28M: “Eres más guapa en la tele”https://t.co/bLLDFJ9hmP
— First Dates (@firstdates_tv) May 28, 2024
Rosa estaba muy nerviosa, por lo que intentó agradarle a la camarera. Pero, desafortunadamente, se equivocó de palabras. «Eres más guapa en la tele», le dijo. Boado, tras escuchar las palabras de la soltera, no pudo evitar quedarse de piedra. Fue entonces cuando la participante se percató de lo que había dicho y se disculpó.
La cita de Rosa fue Alberto, un hombre de 51 años que le da mucha importancia al aspecto físico. Le gusta mimarse y cuidar su cuerpo, algo que lo ha marcado profesionalmente. Pues, el soltero es entrenador personal. El primer encuentro entre ambos dejó encantada a Rosa.
«Alberto está muy cuadrado, buenísimo. Está para parar un tren, como un queso, como la Alhambra de bella», comentó la participante. Sin embargo, y tristemente, Alberto no pudo opinar lo mismo de ella. El soltero esperaba que su cita fuese «alguien más joven» y con un físico más trabajado en el gimnasio.
A pesar de todo, Alberto quedó encantado con el vino que le había traído Rosa. Además, el hecho de vivir en el mismo sitio, en Pamplona, fue un plus para ambos. Fue entonces cuando procedieron a pasar a la mesa del restaurante del amor con el objetivo de conocerse mejor.
Pero, tan solo bastó un breve intercambio de opiniones para que ambos participantes se diesen cuenta de que no tenían casi nada en común. Una de sus mayores diferencias fue a nivel deportivo. Pues, mientras Alberto manifestaba ser un amante del gimnasio, Rosa, por su parte, reconoció que solo hace spinning.
El hecho de que Alberto fuese el tipo de hombre que no para de mirarse en el espejo fue un dato que a Rosa no le gustó nada. Por ello, y para comprobar si era verdad todo lo que decía, lo retó a hacer un par de flexiones en medio del restaurante con ella encima de él.
Otra gran diferencia entre los solteros fue la perspectiva que ambos tenían del amor. Alberto le explicó que no tenía problemas con las relaciones abiertas, pero Rosa, al ser más «tradicional», no pudo opinar lo mismo. Posteriormente, en el reservado, el equipo de Cuatro los retó a darse un beso apasionado.
Lejos de dejarse vencer por la vergüenza, Rosa tomó las riendas de la situación y le dio un beso a su cita en el cuello. Un momento muy tenso para Alberto, pues creyó que le besaría en la boca. «Esta mujer me planta un beso en los morros y la liamos», comentó en privado.
Al concluir la velada, en la decisión final, no hubieron sorpresas. Ambos participantes dejaron claro que se lo habían pasado muy bien durante la cita. Sin embargo, la falta de feeling era más que evidente. Por ello, decidieron decir «no» a un segundo encuentro juntos.
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