Oscars 2019

Bradley Cooper es el claro ejemplo de lo injustos que somos, y todo esto lo demuestra

Mucho más que un rostro bello, Bradley Cooper se confirma como uno de los mejores actores de su generación

Sigue en directo la alfombra roja de los premios Oscar 2019

Bradley Cooper
Bradley Cooper en 'Ha nacido una estrella'

El curioso caso de Bradley Cooper. Buen título para una película que, sin duda, estaría basada en la realidad. Sí, comenzaría con ese clásico ‘basado en hechos reales’ que ya nos eriza el vello y que, instintivamente, nos hace empatizar incluso más con lo que vemos en la pantalla. ¿Y cómo terminaría? Con los espectadores preguntándose cómo es posible que nada fuera suficiente para que ese actor, productor, guionista y director fuera reconocido como merecía.

Una historia que deja de ser anecdótica cuando somos conscientes de que es la vida del protagonista y director de ‘Ha nacido una estrella’, nominado al Oscar a Mejor Actor Protagonista. Y tú, lector, dirás… “Si ya está nominado, ese es suficiente premio”. Cierto, es un importante reconocimiento. Pero el problema reside en que parece que a Bradley Cooper le cuesta coronar la montaña. Escala y escala, parece que todo va bien, lo tiene todo para llegar a la cima. Pero se le escapa.

En los últimos días, como previa a estos ‘Oscars 2019’, he leído artículos acerca de su pasado, en el que las adicciones eran protagonistas, y también sobre su posible romance con Lady Gaga. La actualidad manda. Pero lo que también es curioso es que no me he topado con absolutamente ninguno que alabe la trayectoria de un hombre que ha estado nominado a estos premios en categorías de interpretación en un total de 4 ocasiones. Todas ellas en los últimos 6 años.

Los datos no mienten, y dejan más que claro que Bradley Cooper es uno de los mejores actores de su generación. Quizá tan bueno que, precisamente por eso, lo pasamos por alto. Un ejemplo más de lo injusto que puede llegar a ser el ser humano. Premiamos interpretaciones potentes, en las que ciertas escenas fuertes nos marcan, pero nos olvidamos de aquellas que brillan en el aspecto más importante: la naturalidad.

El estadounidense tiene una capacidad única para convertirse en sus personajes, hasta el punto de transmitir la sensación de no estar interpretando. Ese es precisamente el objetivo de un actor, pero parece que no es lo suficientemente vistoso como para que lo premiemos con una estatuilla. Curioso, ¿verdad? En teoría, no tendría que haber mayor piropo para un intérprete que un “parecía que no estabas actuando”. Pero a la hora de premiar, preferimos la potencia y la fuerza, preferimos pensar “oh, qué bien está haciendo esta escena”, “qué bien se enfada”….

Es lógico, muchas veces hay interpretaciones que sobrecogen, que destacan por encima del resto, pero no por ello deberíamos dejar de reconocer el talento, el trabajo y la maestría de Bradley Cooper, que puede ser un cantante alcohólico, un hombre con problemas de ira, un francotirador conocido mundialmente o incluso un desagradable agente del FBI, todos ellos con la misma credibilidad.

Una vez más, el actor no se llevará el Oscar a Mejor Actor, prácticamente ni aparece en las quinielas. Pero quizá ha llegado el momento de que dejemos de considerarle ‘uno de los guapos de Hollywood’ y le metamos en el mismo saco que a otros intérpretes, admirados y alabados, como Christian Bale.

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