Ana Peleteiro, protagonista de una complicada historia de superación
La cara oscura del éxito de Ana Peleteiro
Este domingo 17 de marzo la atleta Ana Peleteiro se alzó con la medalla de oro en los Campeonatos de Europa. Tras casi un mes sin poder entrenar en condiciones, la atleta gallega finalmente consiguió uno de sus sueños.
«La verdad es que solo estar aquí ya es un premio a no rendirse, a no tirar la toalla durante este mes», explicó Peleteiro a Teledeporte. «Mi primer triple salto fue el martes antes de venir para aquí con nueve apoyos. Mi entrenador se ha tenido que tirar de los pelos para buscar la manera de hacer el trabajo», confesaba emocionada.
Y es que solo ella sabe lo que ha tenido que pasar en el último mes para superar una lesión que por poco le impide participar en Glaswow. «He estado teniendo pesadillas frustrantes. Y en los últimos días iba soñando con competiciones”.
Este domingo, la atleta española saltó 14,56 metros en el tercer intento, lo que se convirtió en marca personal y fue suficiente para ponerse primera. Después de ese salto llegó al 14,73, a la que ninguna rival se acercó. “Sabía que para ganar había que hacer marca personal», dijo. Y lo consiguió. Dos veces.
Antes de alcanzar la mayoría de edad, Ana Peleteiro ya se había proclamado campeona del mundo júnior y, poco después, conseguía quedar tercera en el Europeo de esa misma categoría. Desde entonces y hasta hoy, la atleta de 23 años y de sangre africana ha añadido a su lista de trofeos un bronce en el mundial en pista cubierta de Birmingham, otro en el europeo de Berlín y el oro en el campeonato continental en pista cubierta de Glasgow.
Sin embargo, Peleteiro conoce de primera mano la cara negativa de la victoria. “Me enorgullece que los más jóvenes me cojan como ejemplo de una deportista que superó dificultades que ella mismo creó. No todo en la vida es de color rosa”, aseguraba la atleta.
Además, hace poco más de un mes advirtió a Alba Cuns (que batió el récord que ella misma tenía en categoría cadete) sobre los riesgos que puede llegar a tener el éxito prematuro.
Y es que nadie te garantiza que el día de la esperada victoria pueda terminar convirtiéndose en una derrota a causa de un nulo, una lesión, un despiste o un contratiempo.
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