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Un turista mexicano se declara «fanático empedernido» de este plato español, y no puede parar de comerlo

Comida, cocina, guiso, rabo de toro
Mujer cocinando.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

La comida española es de las más reconocidas en el mundo. Y es que platos como la paella, una buena cazuela o unos torreznos crujientes tienen algo que engancha. Es por eso que muchos paladares, independientemente de su nacionalidad, quedan sorprendidos y, claro, repiten.

Este es justo el caso de un turista mexicano que visitó la capital y quedó atónito con la comida. Tanto así que se declara ‘fanático empedernido’ de un plato en concreto, poco común en México, pero un clásico de España.

El plato español que enamoró a este youtuber mexicano

El protagonista es Luisito Comunica, el youtuber mexicano con más de 44,3 millones de suscriptores. Su contenido se centra en recorrer el mundo, descubriendo lugares, probando comida y compartiendo su experiencia con su audiencia. En esta ocasión, su viaje lo llevó a Madrid, donde visitó el famoso Mercado de San Miguel.

El vídeo, que ya acumula más de 16 millones de visualizaciones, lo muestra probando distintos platillos. Tapas de mariscos, embutidos, calamares fritos, callos a la madrileña… Sin embargo, lo más curioso es que, entre todas las opciones, hubo un plato que lo conquistó por completo: el rabo de toro.

«Ahí están pues, a ver qué tal el rabito de toro… jamás pensé decir esto, pero creo que soy un fanático empedernido del rabo del toro», comentó tras el primer bocado. La textura, que imaginaba más dura, resultó ser completamente distinta. «Es muy aguadito, muy grasoso», explicó mientras seguía comiendo.

Más tapas españolas que probó el famoso influencer

Aunque el rabo de toro se llevó todo el protagonismo, Luisito probó mucho más en el Mercado de San Miguel. A lo largo del video, el youtuber mexicano degustó una variedad de tapas, muchas con mariscos. Algunas lo sorprendieron, como los boquerones con pimiento: «No me apetece tanto, les repito, a mí no me gusta mucho la comida del mar… pero hoy me ha sorprendido. Qué bueno está este bocadillo», reconoció tras probarlo.

Por otro lado, el pulpo a la gallega no logró ganarse su aprobación. «Es así, para que vean, no me gusta. No les puedo decir que me pediría otra por gusto propio», dijo al notar que el pulpo estaba acompañado de una rodaja de papa y no tenía el toque picante que él esperaba.

Además de las tapas de mar, Luisito se aventuró a probar chicharrón con trufas y jamón ibérico. «Madre mía, obviamente es exquisito», comentó sobre el jamón, aunque el chicharrón lo dejó con sensaciones encontradas. «Es un sabor muy fuerte, creo que si me acabo todo esto solito voy a tener un aliento penetrante por el resto del día».

Puede que haya sido el sazonado del guiso o la cocción lenta, que deja la carne increíblemente tierna. O quizá fue la combinación de ambas cosas lo que le encantó a Luisito, que sin duda no esperaba enamorarse del rabo de toro en pleno Mercado de San Miguel.

Así es la comida: a veces, los platillos que menos te llaman la atención terminan siendo los que más disfrutas, y en España, eso pasa muy seguido.

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