Ni morcilla ni androlla: los turistas se sorprenden al descubrir de qué está hecho este embutido gallego

Galicia cautiva a quienes la visitan. Su cocina, profundamente arraigada en los productos del mar y la tierra, ofrece sabores auténticos. Los embutidos gallegos ocupan un lugar destacado entre sus delicias, y entre ellos, hay uno que genera especial curiosidad.
Lejos de ser una morcilla o una androlla, este manjar esconde un ingrediente que sorprende a los turistas. ¿Quieres saber de cuál se trata?
Éste es el embutido gallego fabricado con una raza autóctona
El secreto de este embutido radica en su principal ingrediente: el Galo Celta, una raza autóctona gallega también conocida como raza Mos (gallos y gallinas). Esta ave, con profundas raíces celtas, fue durante siglos un protagonista de la cocina gallega y se consideraba «el rey de la mesa» en las zonas rurales.
No obstante, con el tiempo, esta raza estuvo a punto de desaparecer. Sin embargo, hace aproximadamente diez años, un grupo de criadores se dedicó a recuperar esta valiosa especie a partir de unos pocos ejemplares encontrados en las aldeas de montaña. Gracias a este esfuerzo, el Galo Celta ha regresado para deleitar los paladares más exigentes.
¿Cómo es la cría del Galo Celta?
La cría del Galo Celta es completamente artesanal y se lleva a cabo respetando los ritmos naturales de crecimiento lento de esta raza. Los animales viven en amplios espacios en las aldeas del interior de Galicia, muchas de ellas ubicadas al final del Camino de Santiago.
Se alimentan de una dieta natural, compuesta por verduras, harina de castañas, uva garnacha y cáscara de ostra, lo que asegura la calidad y el sabor excepcional de su carne. Este enfoque cuidado y respetuoso es clave para obtener un producto de alta calidad.
Embutidos de Galo Celta
De la historia de recuperación del Galo Celta nacen productos únicos como el fuet y el chorizo de esta raza. Estos embutidos gourmet son una fusión de innovación y tradición, brindando una experiencia gustativa que sorprende por su jugosidad, ternura y suavidad.
Sin dudas, se convierten en el aperitivo perfecto para cualquier ocasión, destacándose por su bajo contenido en grasa y su riqueza en aminoácidos, además de su alta proporción de omega 6 y omega 3. En Galicia, el Galo Celta era conocido como el «marisco de interior», debido a su sabor tan apreciado.
El renombre de los embutidos de Galo Celta ha trascendido las fronteras gallegas, captando la atención de chefs de renombre como Martín Berasategui y Pepe Solla, quienes los han incluido en sus prestigiosos menús.
La empresa Galo Celta, fundada por David Sueiro y Patricia Lorenzo, distribuye estos embutidos tanto frescos como ultracongelados a restaurantes y tiendas, incluso alcanzando mercados internacionales como Andorra y Portugal. También venden huevos y carne de ave de la mayor calidad.
Embutidos gallegos comprometidos con el medio ambiente
Más allá de su delicioso sabor, Galo Celta representa un proyecto comprometido con la sostenibilidad, la revitalización del medio rural gallego y la recuperación de razas autóctonas.
La cría en libertad y la alimentación natural son los pilares de este proyecto, que demuestra que es posible producir alimentos de alta calidad respetando el medio ambiente.
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