La Lorenza, una taberna en el barrio madrileño de Lavapiés, la mejor alternativa para la vuelta a casa

La Lorenza
Restaurante La Lorenza en Lavapiés (Madrid)

Ya se acerca el temido mes de septiembre. Hemos sobrevivido a la dura travesía gastronómica del verano, del chiringuito bullanguero, los arroces que coquetean con las urgencias hospitalarias, e incluso la familia ,y necesitamos recuperar el confort de las buenas cosas. Se anuncian tanto en Madrid como en las otra capitales españolas mucho movimiento de nuevos establecimientos, o las famosas pilas cargadas de las stars del firmamento gastro y sus nuevos menú degustación. Los fudis afilan el teclado, las agencias de comunicación empiezan a manotear con las notas de prensa, el lifestyle del negocio se despereza, pero a los comistrones nos apetece un sitio donde comercio y bebercio lo sean por derecho.

Nuestra apuesta para el otoño es una inimitable taberna en una de las venas colaterales, la Calle Doctor Piga, de ese tremendo flujo vascular de vida que late en Lavapiés. Allí está enclavada La Lorenza. Perfecto ejemplo de las tabernas renovadas, que recogen el relevo de las barras tradicionales con evidentes dosis de informalismo expresivo y de hechuras, que enganchan con los nuevos parroquianos de la manduca.

Desde 2019 se levantó el cierre de esta casa aneja a la iglesia de San Lorenzo, de la cual recibió el nombre del local anterior antes de los actuales agitadores tabernarios. Al igual que los predecesores, Xan Otero tiene sello gallego. Este natural de Santiago de Compostela, desembarcó en el foro hacer 12 años más uno para hacerse sumiller, y anduvo velando armas en sitios de prestigio como la Terraza del Casino.

Aunque llevaba el veneno de la taberna dentro, y no tuvo que esperar mucho para abrir La Falda, también en el mismo barrio y en la calle Miguel Servet. La complicidad con su socia del capital y vida, como es Claudia Rodriguez, madrileña y psicóloga, que ha cambiado el diván por el mostrador, le ha acompañado en toda esta aventura.

Ahora en La Lorenza se come por lo clásico, pues no faltan la casquería, los escabeches, más memorables patatas revolconas coronadas con pespuntes de oreja a la plancha; junto a una juguetona manera de integrar toques orientales como las gyozas (aquí de caldeirada de pulpo), que son las auténticas estrellas de la casa, junto a la tortilla de patata que merece capítulo propio.

Todo es desenfado en el chiscón de Claudia y Xan, con bocados tan tremendos como el tuétano con steak tartar, y lo que en la carta puede leerse de una carrillera de cerdo con rigatoni, el salivante canelón de manitas de cerdo, rabo de cerdo y setas, o el raro mogote de cerdo iberico con curry amarillo, que irónico como buen gallego, dice el tabernero que no se atreve a que pique más. Evidentes bocados de taberna como la croqueta que varía según capricho, la anchoa, la ensaladilla, prologan guisos, platos fuera de carta para la diversión del que va mucho por allí, e incluso un cocido que merece espera, reserva y un buen riego del más del centenar de vinos que ahí se despachan.

En la Lorenza también se puede disfrutar a modo de esa emergente cultura de los nuevos viñadores. Xan es un iniciado en el paño y se nota en el buen equilibrio para apostar por pequeños productores, sin despistar posibilidades a los que buscan etiquetas más cómodas. Pero también es gallego y se nota, porque hay estupenda representación de los cada vez más valorados y emergentes de la “miña terra galega”, con la Ribeira Sacra, llevándose la palma. Hay que anotar también la querencia por el mundo de los generosos, siquiera en la versión más modernita de lo que en el Marco de Jerez se elabora.

Desde luego, sólo por comer la tortilla jugosa con los huevos de Mos, dejarte enredar por unos taberneros de verdadera raza, sentarte en alguna de las cálidas mesitas de ese tubo de nueva vida que es La Lorenza, o mejor aún, desmayarse dulcemente sobre la barra larga, la rentrée es éxito seguro.

La Lorenza. Calle del Doctor Piga, 3. 28012 Madrid

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