Vicente Gil: «¿El Instituto de Empresa y la Complutense no tienen nada que decir de Begoña Gómez?»
No hay nada como montarse un viaje y alejarse de los problemas. Sánchez acelera su agenda exterior -anuncia Moncloa- con una gira europea para huir del caso Begoña Gómez y del caso Koldo. Da igual. Sánchez no pinta nada en el concierto internacional. Se va para escurrir el bulto. Esperemos que los periodistas seleccionados por Moncloa para acompañarle lo machaquen a preguntas en Noruega o en Irlanda, aunque viendo lo que pasa en la sala de prensa del Congreso, que es vergonzoso, lo dudo.
Nosotros, como somos muy pesados, vamos a seguir hablándoles de la corrupción que enfanga al Gobierno de Sánchez. Vamos a seguir hablando de su mujer Begoña Gómez, de Koldo, de Ábalos, de Armengol, de Illa y de Ángel Víctor Torres, el ministro huesos del Ejecutivo.
OKDIARIO ha publicado este martes que la mujer del presidente del Gobierno tiene una empresa llamada Transforma TSC de la que es administradora única, que fue creada viviendo ya en La Moncloa -en noviembre pasado- y que se dedica a impulsar ese negociazo inmenso llamado Agenda 2030 para que unos cuantos se forren a costa, por ejemplo, de nuestros agricultores. Fernán González cuenta que Begoña Gómez usó dinero público de la Universidad Complutense para hacerse la web de su empresa: 60.000 euros. La verdad es que 60.000 euros no es nada en relación con los millones y millones de euros que el consultor Carlos Barrabés ha conseguido en contratos públicos y fondos europeos desde que Begoña Gómez le promociona entre los ministerios de su marido.
De los escándalos del caso Begoña Gómez y del caso Koldo hay dos instituciones que siguen muy calladas, pero que deberían dar explicaciones: el Instituto de Empresa y la Universidad Complutense.
¿Con qué intención fichó una institución educativa tan prestigiosa como el Instituto de Empresa a la mujer del presidente del Gobierno nada más llegar al poder? ¿Por qué la fichó si no es, ni siquiera, licenciada y su experiencia profesional se limitaba a llevar la contabilidad de los negocios sexuales de su padre, Sabiniano Gómez, y de su tío, Conrado? ¿Por qué creó el Africa Center a medida de Begoña Gómez? ¿Pretendía el Instituto de Empresa aprovecharse de la influencia de la mujer de Sánchez?
El Instituto de Empresa tiene casi 30 delegaciones en el exterior. Cuando nombra a Begoña Gómez, sólo tenía dos en África: Sudáfrica y Nigeria. No establecemos relación causa-efecto alguna, pero algunos de los protagonistas del caso Koldo, que ayudaron a Begoña Gómez profesionalmente en el Africa Center, tienen -vamos a decirlo así- un gran amor por Nigeria.
Con todo, el Instituto de Empresa es una institución privada y puede tratar de fichar o abducir a la mujer del presidente del Gobierno, si quiere, para sus intereses. El problema es que la mujer del presidente del Gobierno no tenga resquicio moral alguno para rechazar una oferta así con su marido recién llegado a La Moncloa. Y, por supuesto, que su marido, el presidente del Gobierno, no le diga que no puede aceptar una oferta profesional de esas características. ¿Cuánto le pagaba, por cierto, el Instituto de Empresa a Begoña Gómez?
El caso de la Universidad Complutense es peor. Porque es una institución pública. ¿Cómo es posible que Begoña Gómez dirija un máster en la primera universidad pública de España sin ser, siquiera, licenciada? ¿Cómo puede ser la directora de la Cátedra de Transformación Social Competitiva sin ser catedrática? Carlos Barrabés, que es quien le monta el máster después de haberle presentado a los enamorados de Nigeria, usa el truco de que haya un codirector del máster que sí es catedrático.
En definitiva, artimañas para colar a la mujer del presidente del Gobierno y usar su nombre. ¿Con qué fin? ¿Cómo es posible que la Complutense no haya cancelado ya ese máster? ¿No tiene nada que decir el rector? Algunas de las empresas patrocinadoras sí le están retirando ya sus ayudas de la misma forma que el Instituto de Empresa está sufriendo reputacionalmente.
¿Por qué se esconden si todo estaba tan claro? ¿Qué pretendían? ¿Llegar al presidente del Gobierno a través de su mujer estando en juego los fondos europeos? A Barrabés le fue bien con el patrocinio de Begoña Gómez. Sus empresas recibieron 14 millones en fondos. ¿Por qué Sánchez centralizó el reparto de los fondos en Moncloa en vez de cederlo a una autoridad independiente como hicieron el resto de países? ¿Para pagar favores políticos y, quizá, también personales?
¿Qué hace la oposición ante semejante escándalo? El PP está pensando en llevar a los tribunales el ‘caso Begoña Gómez’. En el sanedrín jurídico de Génova, 13 discuten estos días si hacerlo por la vía de lo contencioso-administrativo o por la vía penal. Mientras tanto, siguen descartando «por ahora» hacer comparecer a Begoña Gómez ante la comisión de investigación del Senado.
Ayer nos preguntamos ¿por qué? Este martes, Feijóo ha reiterado que no es su estilo y que no le gustaría hacerlo, pero que depende de que Sánchez dé explicaciones y aporte información. Entiendo que esto forma parte de una táctica, de una forma de gestionar los tiempos, porque esperar a que Sánchez dé explicaciones o información es tan ingenuo como esperar que Sánchez, siendo el mentiroso mayor del reino, cuente una sola verdad en su vida.
Todo apunta a que el PP no quiere precipitarse y dar pasos en falso para ir cazando la presa poco a poco. Y de ello depende, sobre todo, ver la información y mensajes que salen del volcado de los tres móviles de Koldo y del resto implicados confiscados en sus detenciones. Eso será fundamental para conocer el devenir de los dos casos. Marlaska, no lo duden, va a intentar torpedear lo que pueda el trabajo de la UCO con tres elecciones a la vista.
Mientras tanto, Begoña Gómez sigue siendo fundraiser como dice su correo, el Instituto de Empresa mete la cabeza en el agujero y se hace el muerto y la Universidad Complutense trata de escurrir el bulto y ser invisible. Pero el caso Begoña Gómez va a perseguir a Sánchez porque duerme a su lado en La Moncloa por más viajecitos que se monte el presidente para huir como un cobarde.
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